Rubén Walter, director de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, explicó que, ante la continuidad de las lluvias, se espera que La Niña se relativice y sea leve y corta, en comparación con la de los últimos años.

Se trata de un enfriamiento anormal, pero a gran escala, lo que provoca que repercuta en distintas zonas de forma no homogénea. En el caso de Santa Fe, la relativización del impacto se debe a que los registros de agua son muy altos en comparación con los tres años anteriores. A diferencia de otros años, en los que esta anomalía se manifestaba con vientos y disminución de las precipitaciones, este año, desde fines de marzo y comienzos de abril, al finalizar la campaña de cosecha gruesa, se comenzó a registrar un régimen de lluvias continuas.

"Hubo, cada 15 o 20 días, eventos climáticos o precipitaciones que recargaron el perfil del suelo y la reserva hídrica, algo con lo que no se contaba en años anteriores. Esto hace que hoy estemos posicionados de manera diferente", destacó Walter.

Asimismo, explicó que a fines de diciembre y comienzos de enero, cuando se prevé una disminución de precipitaciones y un aumento de las temperaturas, los cultivos y la vegetación estarán desarrollados de manera distinta, ya que tendrán mayor follaje y reserva de agua. Esto podrá mitigar el impacto de la ausencia o la esporadicidad de las lluvias.

También subrayó que el impacto no será de la misma magnitud que el vivido con anterioridad, principalmente en la zona donde se registraron más lluvias, como es el centro-sur de la provincia.

Audio: Rubén Walter, director de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe