El Banco Central (BCRA) consiguió comprar unos u$s 1.650 millones en abril (u$s 100 millones por encima de marzo). Ante la ausencia de una demanda genuina, fruto de los controles y trabas a las importaciones, el organismo monetario se erige como único jugador del lado del BID (compra) en el mercado cambiario. En esta línea, el mes que termina hoy fue el mejor del año para la entidad, pero algo más lejos de lo que se proyectaba. En el mercado esperaban que la mesa oficial se alzara con al menos unos u$s 2.000 millones, en un mes en el que se inicia (y se extiende hasta junio) la temporada más fuerte de liquidación de divisas de la cosecha gruesa por parte del sector agroexportador.

No obstante, hacia mediados de abril ocurrió un imprevisto que frenó las operaciones cambiarias y dificultó las intervenciones cotidianas del Central a lo largo de varias jornadas. Hace dos semanas la presidenta Cristina comunicó al país que el Gobierno se quedaría con el 51% de nada menos que la principal empresa argentina: YPF. La noticia tuvo sus efectos financieros y el mercado de cambios no fue la excepción. Si bien la incertidumbre no se trasladó a los precios oficiales –como cabe esperar en un circuito controlado por entero– el impacto se sintió en el nivel de negocios. Durante una semana y media después del anuncio, el volumen de operaciones de los mercados mayoristas de dólar se desplomaron a la mitad y la entidad que conduce Mercedes Marcó del Pont resintió sus compras en el contado de esas plazas. Hasta ese momento y desde principio de mes, el ente venía sumando reservas a un ritmo de casi u$s 200 millones diarios. Las dudas que despertó la situación de YPF entre los inversores, que paralizaron sus operaciones, llevaron al Central a descender con intensidad sus compras e incluso a no intervenir en al menos tres jornadas durante ese período.

Sobre el final de la semana pasada, sin embargo, la tendencia pareció cambiar. Entre jueves y viernes,la entidad compró u$s u$s 330 millones. En la city explican que la reanudación de los negocios respondió a más de un factor. Por un lado, la cercanía con fin de mes. Según los operadores, la necesidad de cerrar posiciones y liquidar operaciones a futuro genera un mayor movimiento. Por otra parte, el precio de la soja viene escalando día a día y ya está casi en los albores de los u$s 554 la tonelada, valor que resulta atractivo para que muchos exportadores liquiden sus divisas. Pero, a su vez, en las mesas aseguran que el cimbronazo inicial que generó la estatización de la mayor empresa del país, se fue diluyendo con el correr de los días. Bajo este contexto, en mayo, el BCRA alcanzaría cómodo los u$s 2.000 millones.