Un plan integral de control y fiscalización de desarmaderos, chatarrerías y comercios de metales, llevado adelante por el gobierno de Santa Fe, muestra una mejora significativa en dos problemáticas urbanas sensibles: el robo de cables y el robo de metales, con impactos directos sobre servicios esenciales y seguridad en barrios santafesinos.

En la ciudad de Santa Fe, las cifras evidencian una caída pronunciada: 83 % menos robo de cables entre 2024 y 2025 y 80 % menos robo de metales.

El esquema de fiscalización continua incluyó inspecciones, clausuras y el control de la trazabilidad del material que ingresa a las chatarrerías, con el propósito de ordenar la actividad y reducir los puntos críticos asociados a cortes de servicios e inseguridad.

El director provincial de Desarmaderos, Gerardo Rodríguez, señaló que la caída del robo de cables, el sistema de emergencias 911 registró una disminución de llamados por cortes de servicios esenciales durante el último año. También indicó que entidades afectadas -como la EPE, ASSA, empresas de telefonía y cooperativas locales- informaron una baja de incidentes vinculados al vandalismo y sustracción de metales.

Rodríguez explicó que, al inicio de la gestión, la provincia contaba con 38 desarmaderos registrados. “Con una política sostenida de controles, inspecciones y regularización, se incorporaron 51 establecimientos al sistema formal, fortaleciendo el registro provincial y cerrando espacios a la informalidad que alimenta el mercado ilegal de autopartes y metales”, afirmó.