En Colón se vive una semana determinante lejos del césped. El club volvió a iniciar los días hábiles con la inhibición de FIFA vigente, una situación que condiciona la planificación deportiva y obliga a priorizar gestiones administrativas por sobre cualquier movimiento en el mercado. Sin embargo, el escenario podría cambiar en breve: la dirigencia trabaja contrarreloj con la expectativa de que este sea el último inicio de semana bajo sanción.

La deuda con Alberto Espínola sigue siendo el eje del problema. Resolver ese compromiso económico es el paso indispensable para que el Sabalero deje de figurar en el listado de clubes inhibidos y pueda operar con normalidad.

Un condicionante que no admite más demoras

Mientras la sanción esté activa, Colón no puede habilitar incorporaciones ni avanzar con certezas en las negociaciones abiertas. Esto genera un freno que, si bien no resulta crítico en términos de calendario, sí impacta en la imagen del club y en la confianza de futbolistas y representantes.

Por eso, en el club entienden que ya no hay margen para seguir postergando una definición que arrastra varias semanas y que se transformó en una prioridad absoluta para la actual conducción.

La gestión económica, en el centro de la escena

El reclamo del defensor paraguayo ronda una cifra elevada para las arcas rojinegras y obliga a un esfuerzo financiero significativo. Desde el entorno del jugador la postura es inflexible: no hay lugar para planes de pago, lo que empuja a Colón a reunir el dinero necesario para una cancelación directa.

Una vez cumplido ese paso, restará completar los trámites formales ante FIFA para que la inhibición sea levantada de manera oficial, un proceso administrativo que también demanda tiempos precisos.

Levantar la sanción para liberar el proyecto deportivo

En el mundo Colón saben que sin resolver este conflicto es imposible avanzar con solidez en la construcción del plantel. Quitar la inhibición no solo permitirá registrar refuerzos, sino también ordenar el frente institucional y enviar una señal de previsibilidad hacia el mercado.

La expectativa es clara: cerrar la semana con la sanción desactivada y dejar atrás un problema que hoy ocupa el centro de la escena. Si el objetivo se cumple, el Sabalero podrá empezar a mirar hacia adelante con mayor tranquilidad, sabiendo que antes de reforzarse debía ganar un partido clave fuera de la cancha.