El futuro de Franco Fragapane vuelve a quedar bajo la lupa en Unión, en un contexto donde el club necesita afinar decisiones deportivas y económicas. El extremo fue una de las grandes obsesiones de Cristian González en el mercado de invierno de 2024: ante la imposibilidad financiera de sacarlo antes del Minnesota United, el entonces DT prefirió no incorporar refuerzos y aguardó a que el jugador quedara con el pase en su poder. Así se concretó su llegada, con un contrato elevado y expectativas altas.
La primera parte del año estuvo lejos de lo esperado. Fragapane fue una sombra de aquel futbolista desequilibrante que el hincha recordaba de su paso anterior por el club. Irregular, sin peso ofensivo ni continuidad, no logró marcar diferencias. Con el desembarco de Leonardo Madelón, quien lo conoce bien, ganó minutos y presencia en cancha, pero apenas mostró chispazos: nunca alcanzó la regularidad ni justificó plenamente la inversión realizada.
Con el cierre de la temporada, comenzó a circular la posibilidad de buscar una rescisión anticipada del vínculo, que vence el 31 de diciembre de 2026. La idea respondía tanto al rendimiento como al alivio financiero que significaría liberar un salario importante. Sin embargo, en las últimas semanas habría habido un cambio de postura desde el cuerpo técnico: Madelón habría decidido no avanzar con esa alternativa, al menos por ahora.
El motivo es concreto y estratégico. No abundan los extremos y Unión necesita variantes en ese sector del campo. Hoy el DT cuenta con Fragapane, Julián Palacios, Nicolás Palavecino y Augusto Solari, además de la chance de promover juveniles durante la pretemporada, nombres que el entrenador ya viene siguiendo de cerca. En ese marco, desprenderse de Fragapane podría dejar un vacío difícil de cubrir en el corto plazo.
Los números del año
Fragapane cerró la temporada con 40 partidos disputados, 1 gol y 2 asistencias, acumulando 2.182 minutos entre todas las competencias:
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Torneo Apertura: 15 partidos, 1 gol, 608’
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Copa Argentina: 3 partidos, 202’
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Torneo Clausura: 15 partidos, 2 asistencias, 945’
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Copa Sudamericana: 6 partidos, 382’
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Playoff del Clausura: 1 partido, 45’
Las estadísticas reflejan participación y continuidad, pero también la deuda pendiente en términos de impacto real en el juego.
Así, el caso Fragapane queda abierto. Unión deberá decidir si apuesta a una revancha futbolística del jugador o si, más adelante, retoma la opción de una salida que le otorgue aire a las finanzas. Por ahora, el extremo seguirá siendo parte del plantel, con la obligación de dar mucho más en un puesto donde la exigencia es alta y el margen de paciencia, cada vez menor.