Colón empezó a destrabar uno de los temas que más condicionaban su presente y, sobre todo, su futuro inmediato. La dirigencia ya realizó el giro del dinero correspondiente a la deuda con Alberto Espínola y ahora aguarda que se completen los pasos administrativos en FIFA para que se levante la inhibición.

La intención era resolver este frente antes del cierre del año para encarar con mayor tranquilidad la conformación del plantel. Si bien el Sabalero ya cerró varias incorporaciones y tiene otras negociaciones encaminadas, estar inhibido siempre limita, frena y obliga a moverse con cautela en el mercado. Por eso, la decisión fue avanzar sin más demoras.

De todos modos, no se trata de un trámite automático. El proceso suele demandar varios días, ya que incluye el giro de dólares al exterior, la posterior notificación al jugador y la validación final en el sistema de FIFA, con cada uno de los pasos administrativos que eso implica. Recién una vez completado ese circuito, la inhibición quedará oficialmente levantada.

En paralelo, el club también saldó otra obligación urgente: el pago del aguinaldo a los empleados, un tema sensible que estaba pendiente y que formaba parte de las prioridades inmediatas. Tanto este compromiso como el caso Espínola se afrontaron con fondos particulares de los dirigentes, en una operación que, extraoficialmente, rondaría los 500.000 dólares.

Con José Alonso al frente, la gestión decidió ir a fondo con los asuntos urgentes, apuntando a ordenar el día a día y despejar obstáculos que condicionaban la planificación deportiva. Ahora, mientras Colón espera la confirmación formal desde FIFA, el mensaje puertas adentro es claro: primero cumplir, después crecer.