El panorama institucional de Colón comienza a mostrar señales de orden, aunque todavía resta un paso formal para dejar atrás una de las principales trabas que afectaron su presente. La deuda con Alberto Espínola ya fue saldada, pero la inhibición impuesta por FIFA continúa vigente y recién podría desaparecer en la próxima actualización del organismo, programada para este martes.

La conducción sabalera cumplió con el pago exigido por el futbolista y ahora el expediente transita el camino burocrático habitual. Lejos de tratarse de un trámite inmediato, el procedimiento contempla varias instancias: la transferencia de fondos en moneda extranjera, la confirmación del cobro por parte del jugador y la posterior validación administrativa en FIFA. Hasta que ese recorrido no se complete, la sanción seguirá figurando en los registros oficiales.

Este escenario explica la cautela con la que Colón se movió en el mercado de pases. Aunque ya acordó la llegada de varios refuerzos y mantiene conversaciones avanzadas por otros nombres, la inhibición obligó a planificar cada paso con cuidado, sabiendo que cualquier demora podía impactar directamente en la habilitación de los jugadores.

Al mismo tiempo, el club aprovechó estas horas para atender otra cuestión prioritaria: el pago del aguinaldo al personal, un compromiso que estaba pendiente y que generaba preocupación puertas adentro. Tanto esa obligación como la deuda con Espínola fueron afrontadas, según trascendió, con recursos aportados por dirigentes, en una erogación que rondaría los 500 mil dólares.

Con José Alonso liderando la gestión, la decisión fue clara: resolver los problemas más urgentes y empezar a despejar el camino para una planificación deportiva sin condicionamientos. Mientras se aguarda la confirmación oficial desde FIFA, en el mundo Colón prevalece la expectativa de que, una vez levantada la inhibición, el club pueda enfocarse de lleno en el armado del plantel y en los objetivos de la próxima temporada.