Franco García habló sobre su futuro y dejó un mensaje claro para los hinchas de San Martín de Tucumán. Mientras su nombre apareció en el radar de Colón como uno de los refuerzos apuntados para la próxima temporada, el delantero cordobés terminó despejando dudas: continuará en el “Santo” y ya piensa en el proyecto 2026.

“Wachi” se encuentra en Chile, adonde viajó para resolver su situación contractual con Cobresal, el club que lo tuvo anteriormente. El parate del receso le abrió un espacio para la reflexión, lejos de la urgencia del vestuario y del vértigo del calendario. “Es un momento raro porque no estamos en competencia y uno está acostumbrado a entrenarse para jugar”, reconoció. El cuerpo pide domingo, pero el domingo no llega.

En Tucumán, San Martín también transita días de pausa e inquietud. Nuevo cuerpo técnico, decisiones por tomar y una obligación que flota en el aire desde hace tiempo. Esa palabra pesada que nadie quiere pronunciar. García la esquiva con naturalidad, como todo el mundo en Ciudadela. “San Martín tiene muchas obligaciones y un solo objetivo que este año no se pudo dar”, dijo, sin necesidad de traducciones.

Lejos de la bronca, el delantero habla desde el hambre. Fue su primer año en el club y, al repasar el camino, no se detiene en números ni estadísticas. Va a la esencia. “Nunca negocié la actitud”, afirmó. Jugar bien puede pasar; entregarse, no. Aun así, quedó algo pendiente. “Me quedé con ganas de seguir jugando y de cumplir algo importante para el club”, admitió.

Llegar a Tucumán fue un doble desafío: futbolístico y personal. “Es una camiseta que pesa y una hinchada que te pide más”, explicó. Lejos de incomodarlo, esa exigencia lo empujó. Con el tiempo, la provincia dejó de ser un punto en el mapa para transformarse en un lugar propio.

Pese a los rumores de mercado —entre ellos el interés concreto de Colón— la decisión fue directa. “Cuando terminó el torneo dije que quería quedarme”, contó. Claro que en el fútbol nada se define en soledad. “El proyecto tiene que ser serio y para pelear algo importante”, marcó, dejando en claro que no se trata de estar por estar.

En esa elección pesa mucho la gente. La de la tribuna y la de la calle. “Me muestran mucho cariño y eso me hace sentir muy bien”, señaló. En un club donde la exigencia nunca afloja, ese respaldo sostiene.

García remarcó que pudo enfocarse sin ruidos externos. “Afortunadamente no pasé situaciones difíciles fuera de la cancha”, dijo. Y confirmó que ya hubo charlas con el nuevo cuerpo técnico. “Me manifestaron el deseo de que siga y yo dejé claro que quiero estar en el proyecto 2026”, explicó. La voluntad está; el resto dependerá de tiempos y decisiones formales.

Cuando habla de objetivos, vuelve la prudencia. “El objetivo es uno solo y hay que cumplirlo con hechos”, lanzó, y otra vez aparece el silencio respetuoso alrededor de esa palabra que no se nombra.

Al hincha le habla simple, como en el vestuario: “Que nos acompañen este 2026 para empujar el barco para el mismo lado”. Agradece el cariño y promete entrega total. “Vamos a dejar la vida este 2026”, aseguró, antes de desear un buen comienzo de año y tiempo para la familia.

Por eso, cuando todo vuelve a ese punto sensible, elige cuidar las palabras. No la nombra. No la escribe. La guarda. Mientras tanto, se queda. Y en San Martín saben que eso no es poco.