El nombre de Santiago Zurbriggen vuelve a ocupar un lugar central en el mundo Unión, pero esta vez lejos del verde césped. En medio de las definiciones institucionales que atraviesa el club, el exdefensor rojiblanco habló públicamente y dejó en evidencia algo que en Santa Fe ya nadie discute: su vínculo con el Tatengue sigue intacto.

En diálogo con LT10 (AM 1020), Zurbriggen se refirió a las charlas que mantiene con la dirigencia y, sin confirmar formalmente el cargo, abrió la puerta a un regreso que despierta ilusión. “No sé todavía el cargo, estamos hablando con Luis (Spahn) y veremos qué pasa. Si se da la oportunidad es hermoso, es volver al club que amo, del que soy hincha y socio”, expresó, con un tono que mezcló cautela y emoción.

"El club está cambiado, estuve dos meses afuera (Italia), cuando uno vuelve le agarra melancolía por la gente que trabaja en el club. Cada vez que vengo el club está cambiado, y eso está bueno", agregó.

Las palabras del exjugador no hicieron más que reforzar una sensación que ya se percibe en el club. Unión se encuentra en pleno proceso de reorganización deportiva y la posible llegada de Zurbriggen aparece como una decisión que excede lo estrictamente reglamentario. Su nombre surge como una apuesta a la identidad, al conocimiento interno y a la pertenencia, valores que la dirigencia considera claves para el próximo ciclo.

Mientras se ultiman detalles y se aguardan definiciones, en el Tatengue crece la expectativa. Zurbriggen no es un apellido más: surgió de las inferiores, debutó en Primera con la camiseta rojiblanca y construyó una relación profunda con la institución que nunca se quebró, ni siquiera durante sus años en el exterior.

En Unión entienden que el momento es propicio para dar un paso estructural. Apostar por alguien formado en el club, que conoce su dinámica y comparte su ADN, puede convertirse en una pieza fundamental para proyectar el futuro deportivo con mayor coherencia y continuidad.

Por ahora, todo está en etapa de diálogo. Pero las palabras de Zurbriggen ya marcaron el pulso: el deseo está, el vínculo sigue vivo y la posibilidad de volver al club que ama parece cada vez más cercana.