Por qué se comen 12 uvas en Año Nuevo y cómo hacer el ritual clásico
Comer 12 uvas al comenzar el Año Nuevo es una tradición popular en muchos países de habla hispana. El ritual simboliza la buena suerte, la prosperidad y los deseos para cada uno de los meses del año que comienza.
Recibir el Año Nuevo con 12 uvas es una de las costumbres más arraigadas en distintas culturas de habla hispana, especialmente en España y en varios países de América Latina, como Argentina. Se trata de un ritual cargado de simbolismo, que se repite cada 31 de diciembre con la esperanza de atraer buenos augurios para el año que inicia.
La tradición tiene como principal objetivo desear prosperidad y buena suerte para los 12 meses del nuevo año. Cada uva representa un mes y, al comerlas durante las campanadas de la medianoche, se busca que ese período esté acompañado de bienestar, salud y oportunidades.
Además, el ritual de las 12 uvas se asocia a un acto de renovación. Para muchas personas simboliza dejar atrás las experiencias negativas del año que termina y abrirse a un nuevo ciclo con optimismo y expectativas positivas. También es una costumbre que suele compartirse en familia o con amigos, reforzando el espíritu de unión y celebración.
Por qué se comen 12 uvas en Año Nuevo
Entre los principales significados del ritual se destacan la búsqueda de buena suerte para cada mes, la intención de atraer prosperidad y el valor simbólico de comenzar el año con pensamientos positivos. Comer las uvas se convierte así en un gesto sencillo pero cargado de deseos y esperanza.
Paso a paso, cómo realizar el ritual
Antes de la medianoche, se preparan 12 uvas, una por cada campanada del reloj que anuncia el inicio del Año Nuevo. Luego, las personas se reúnen alrededor de la mesa y esperan el momento exacto de las campanadas. Con cada sonido, se come una uva, intentando completar las 12 antes de que finalice la última campanada.
Consejos para hacerlo sin inconvenientes
Para evitar atragantamientos, muchas personas optan por pelar las uvas o utilizar uvas sin semillas. También se recomienda practicar previamente para poder seguir el ritmo de las campanadas sin dificultad y disfrutar del ritual de manera segura y festiva.