Veinte mil personas pidieron marihuana libre
Legisladores y activistas de los derechos de las minorías encabezaron una gran marcha en Buenos Aires y otras 28 ciudades argentinas. Fue en el marco de una protesta mundial.
Dos cuadras antes de llegar a Plaza de Mayo se podían ver y oler las nubes de humo de cigarrillo de marihuana. Aún no eran las 15 y más de 20 mil personas -según los organizadores- se adueñaban de la tarde de sábado; sentados en rondas, cantando y desplegando banderas que pedían por la libertad de consumo de cannabis. El centro porteño fue uno de los 29 puntos de encuentro en distintas ciudades de 16 provincias del país. Mediante cantos, carteles y pancartas se pidió por la “despenalización ya”. La Argentina participa de esta marcha mundial pro-hierba desde 2006, como una de las 200 ciudades de todo el mundo que reclaman.
Con mantas sobre el pasto se improvisó una “feria cannábica”. Además de remeras y prendedores alusivos, se podía encontrar todo tipo de productos para el consumo y cultivo: regaderas, macetas decoradas, picadores y pipas con distintas imágenes de la hoja de la planta. Incluso plantines con brotes para empezar a cultivar.
No podían faltar los vendedores ambulantes que ofrecían todo tipo de comida para el momento llamado por los consumidores “del bajón” (uno de los efectos del consumo es que se despierta el apetito).
Entre las agrupaciones presentes se encontraban la Asociación de Cannabicultores del Oeste que brindaban folletos y explicaban a los interesados las diferentes formas de cosecha de la marihuana. “Es importante que cada uno de los consumidores se dedique al autocultivo, para evitar los negocios paralelos que se pueden generar. Pero a su vez se debe tratar una ley donde se le dé fin a las detenciones de los cultivadores”, dijo Adrián Rustana.
Muchos jóvenes llevaron a sus hijos y mascotas, por lo que la marcha era una gran mezcla de edades y estilos. “Traigo a mi hija, Bianca, porque espero que cuando sea grande viva en un país con libertad. Estoy a favor de la despenalización aunque no consuma”, contó Marisol Luca.
“No a la ley 23.787” era un cartel que se repetía en la marcha. Andrea Luzuariaga sacudía su letrero. “La ley actual penaliza la tenencia personal, las plantas, el consumo y la pena por tenencia personal puede llegar hasta los seis años de prisión, que es la misma pena que se les da a delitos de mayor gravedad. Debe replantearse el tema, somos muchos los consumidores”, afirmó.
El reclamo central es el inmediato fin de las detenciones y procesos penales a cultivadores no comerciales de cannabis y a los usuarios.