Desde que el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, desembarcó en el Senado realizó algunos cambios. Uno de ellos fue que resolvió replicar un espacio que ya tenía en el Ministerio de Economía: su propio gimnasio. Allí instaló una cinta caminadora y una bicicleta fija.

De hecho, en el Palacio Legislativo todavía recuerdan el día que los aparatos llegaron: como no entraban en los antiguos ascensores del edificio, varios brazos debieron colaborar para poder subirlos hasta el primer piso por la escalera.

Pero el ejemplo del mentor de la nacionalización de las AFJP no hace mella en el resto de la sociedad, quizás por que su imagen no refleja mucho uso.
La Argentina es un país que alberga alrededor de 6.600 gimnasios, a los que concurren alrededor de 2.290.000 personas. Esto representa poco menos del 5,7% de la población del país, algo realmente pobre dentro de un marco en donde se busca hacer de la vida sana un culto.

Una opción podría ser que muchos optaron por los personal trainers, conjugando deportes con vida al aire libre. Pero no es así. Otra podría ser lo dijo alguna vez Joaquín Sabina cuando afirmó que "los gimnasios están llenos, las librerías siguen vacías". Tampoco es el caso.
Para Gabriela Retamar, directora de Body System, la poca afluencia se debe a falta de concientización de la importancia de la actividad física como parte de un estilo de vida. "El 54% de la población es sedentaria, y la tendencia es creciente", advirtió la experta.
Otro punto que aquellos que huyen de los gimnasios señalan es el precio. Sin embargo, según un trabajo de Mercado & Fitness con motivo de la octava edición de la feria del sector que se desarrolló el pasado 4 y 5 de mayo en Costa Salguero, el promedio mensual de la cuota en todo el país es de $ 150 por persona.

Pero ese promedio cambiará dentro de poco ya que, según la misma encuesta, el 64,1% de los gimnasios del país prevé realizar incremento en las cuotas durante el 2012. Sin embargo, para Retamar las cuotas son baratas. "No hay lugar en el mundo en el que se pague menos de u$s 150 por mes", aseguró quien también es profesora de clases grupales.

De todos modos, también hizo autocrítica al afirmar que la baja asistencia se debe a que los gimnasios, como empresas de servicios, no cumplen bien sus roles. "Ir al gimnasio implica entrar en una empresa de servicio que tenés que pagar, si no tenés conciencia abandonas, y ahí es donde entramos nosotros. Sabemos que seis de cada 10 personas abandona en los primeros tres meses, y ahí son los profesores, los empleados, los que tienen que generar una empatía real y satisfactoria para los clientes", consideró. Pero, a pesar de tener un número de usuarios tan bajo, el lado positivo para el sector es la expectativa de crecimiento. Tanto es así que, mientras en muchos sectores de la economía observan con recelo el devenir de 2012, este segmento que factura $ 4.200 millones por año espera un próspero futuro. De hecho, el 46,7% de los consultados en la encuesta cree que 2012 será muy bueno; 45,2% que será bueno; 6,7% regular; y sólo 0,4% cree que será malo o muy malo.