Cristina Fernández pidió "sensatez" a sindicalistas
Fuerte reacción de la presidente ante las demandas salariales. "Cuando se pudre, después los dirigentes sindicales se van y lo que quedan son los trabajadores sin trabajo", sostuvo la Presidenta. "Me da rabia lo que veo", dijo.
Una jornada colmada por reclamos sindicales encabezados por diversos gremios, sumada a la amenaza de paralización del país que esboza cada vez que puede el titular de la CGT, Hugo Moyano, parecieron ayer colmar la paciencia de la presidenta Cristina Fernández.
El marco elegido por la primera mandataria para mostrar su disconformismo con la conducción gremial fue el anuncio de la ampliación de los Créditos del Bicentenerio, orientados a financiar inversión productiva. En un discurso guiado por una molestia manifiesta que por tramos resultó catártico, la primera mandataria aseguró que “me dan rabia las cosas que veo”, habló de “insensatez” por parte de algunos sectores de la conducción gremial y les advirtió a los trabajadores que en las épocas de crisis son ellos los que “se quedan en la calle”, mientras los titulares de los sindicatos van a “sus casas”.
“Hablo de los dirigentes sindicales –precisó la Presidenta–, que tienen una gran responsabilidad y cuando se arman los barullos en la cual todos gritan a ver quien tiene más poder, cuando se pudre, después los dirigentes sindicales se van y lo que quedan son los trabajadores sin trabajo”.
Cristina se refirió al caso específico de Santa Cruz, donde los sindicatos lograron aumentos, pero “ahora no hay plata para pagarlos”. Y criticó la “carrera alocada” de las demandas laborales “creyendo que el Estado es una vaca que no termina su leche”.
La primera mandataria, además, minimizó los efectos que tienen las medidas gremiales habituales a la hora de conducir una negociación salarial, y justificó las mejoras en los salarios que se registraron durante el kirchnerismo por la bonanza de las políticas oficiales. “Los trabajadores ganaron más dinero producto del modelo macroeconómico, sostenido por un presidente que se llamó Néstor Kirchner. No es mérito de ninguno que haya hecho una huelga más o menos”. Para ejemplificar, sostuvo que “nadie se acuerda del nombre del jefe de la CGT en la época de Perón y Evita”. Y agregó: “Está bien que hagan huelga, que protesten, pero tengan en claro que las primeras víctimas de todas las crisis son los trabajadores, no los empresarios y mucho menos los dirigentes sindicales”, a quienes invitó a “poner el hombre por un país que les dio todo”.
En el fondo de la diatriba presidencial se encuentran las discusiones paritarias a través de las cuales el Gobierno espera contener salarios. Aunque no lo reconoce a viva voz, el Gobierno busca que las mejoras en los salarios para este año ronden entre un 20% y un 22%. Pero las negociaciones en marcha –que llevan un atraso importante– están lejos de satisfacer ese anhelo. Por caso, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que frenó un paro de actividades debido a que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, reclama en total un ajuste cercano al 30%.
La Presidenta reclamó “poner sensatez en las demandas” y recordó que “este gobierno genero más de 5 millones de puestos de trabajo, con más de 500 convenciones de trabajo, que ha recuperado la dignidad de los jubilados”.