Bomberos denuncian que tienen elementos de trabajo en la aduana

El representante de un cuartel santafesino afirmó que en el puerto de Rosario hay material "muy importante" que no puede ingresar por las restricciones a la importación.

"Nuestras mangueras se rompen, los trajes se pinchan. A nuestra gente hay que cuidarla, darle protección...", cuenta Oscar entre bronca y angustia. Acaba de llegar al cuartel y sabe que le espera otro día de lucha para encontrarse con los elementos que compró hace cuatro meses y que hace dos están varados en el puerto de Rosario a raíz de las restricciones a las importaciones dispuestas por el gobierno nacional.

Oscar Previtera es el presidente de la asociación de bomberos voluntarios de Villa Gobernador Gálvez, en Santa Fe, y espera una partida de mangueras, trajes, botas y otros equipos de protección para su cuartel. La compra la hizo en enero por unos US$ 10.000 y ahora los productos aguardan la autorización para ingresar al país.

"La suma no es tan grande, pero son elementos muy importantes que realmente necesitamos", se lamenta Previtera en diálogo con LA NACION. Está de acuerdo con que se controle la salida de divisas y con que se proteja la industria nacional, pero asegura que con las medidas es casi imposible llevar adelante las tareas de su cuartel.

"Una manguera de buena calidad la puedo conseguir afuera a $330 el tramo de 25 metros. Acá, la misma manguera la pago $1600", asegura Previtera. Y Agrega: "Cada camión lleva entre 500 y 600 metros de manguera... Hacé la cuenta."

"Hasta hace un par de meses podíamos comprar afuera sin problemas, pero ahora es imposible", se queja Oscar mientras da su visión sobre los productos nacionales. "Se estaba empezando a fabricar en el país, pero las cosas valen tres o cuatro veces más de lo que cuestan afuera. Con los escasos recursos que tenemos, no podemos darnos el lujo de gastar eso", dice, y asegura que existen normativas que amparan el derecho a la importación en estos casos.


El cuartel de bomberos de Villa Villa Gobernador Gálvez. Foto: Gentileza Oscar Previtera
Su cuartel depende de subsidios municipales, provinciales y nacionales y, salvo una persona por turno, todos los bomberos son voluntarios. Previtera, que se dedica a fabricar repuestos para bicicletas, reivindica el trabajo de sus compañeros.

"Hay 40.000 en el país trabajando gratuitamente, perdiendo muchas horas de trabajo, de sueño, de estar con su familia, siempre desinteresadamente y haciendo grande a la institución."

"No le veo sentido a esta situación. Tenemos los trajes destruidos, las mangueras pinchadas. Es material necesario y prioritario para el cuartel. Somos una ciudad muy compleja, con un polo industrial que incluye puerto, frigoríficos, gente que trabaja con materiales peligrosos y un basural grande al lado de la autopista. Necesitamos ese equipamiento. Lo que están haciendo con las instituciones no tiene razón de ser", insiste