El general Ricardo Moncada será comandante en jefe del Ejército y el almirante José Cueto presidirá el comando conjunto de las Fuerzas Armadas. Los relevos tendrían relación con la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla.

Moncada reemplazará al general Víctor Ripalda y Cueto al general del Ejército Luis Howell, medidas que se estiman relacionadas con los fracasos recientes en la lucha contra una columna del grupo ultraizquierdista Sendero Luminoso y bandas de narcotraficantes que operan en la zona del Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).

El nuevo comandante en jefe del Ejército fue jefe militar en el VRAE, por lo que los analistas consideran que tiene experiencia para reimponer el orden en esa zona selvática prácticamente controlada por las fuerzas irregulares, reprodujo DPA.

Según el diario La República, que había anticipado que habría cambios, la designación de Cueto fue más complicada, pues el presidente Ollanta Humala quería colocar al general del Ejército Domingo Cabrera, también con experiencia en la zona de guerra, pero la Marina insistió en que el cargo le correspondía.

Cueto será sustituido al frente de la Marina por el almirante Carlos Tejada.

El flamante ministro de Defensa, José Urquizo, admitió anoche que habría cambios, pero se había abstenido de dar nombres, en tanto el presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés, recordó que un nuevo titular de la cartera tenía derecho a rodearse de personas de confianza.

Los problemas en el VRAE datan de años atrás, pero desde abril fueron más evidentes, después de que la columna senderista liderada por los hermanos Víctor, Jorge y Martín Quispe Palomino secuestrara a 36 trabajadores y tropas combinadas del Ejército y la Policía iniciaran una reacción considerada unánimemente como errática.

Ocho miembros de las fuerzas del orden murieron, y otros dos suboficiales desaparecieron en la selva, sin que las fuerzas militares lograran dar con su paradero.

Uno de los esos suboficiales, Luis Astuquilca, llegó caminando por propios medios a una base tras 17 días de dramática sobrevivencia, y el otro, César Vilca, fue hallado muerto por su padre, que emprendió la búsqueda solo por la supuesta negligencia del Estado.

En el VRAE, extensa región selvática de difícil acceso que comprende territorios de los departamentos de Ayacucho, Cusco y Junín, han creado "territorios liberados" los Quispe Palomino y los narcotraficantes, lo que el Estado busca revertir.