Daniel Reposo renunció a su candidatura a Procurador Nacional y el Gobierno anunció cerca de las once de la noche que enviará al Congreso el pliego de la fiscal general del fuero comercial Alejandra Gils Carbó. Más bien pareció que la Presidenta había ordenado justificar con duras cartas leídas en público, la marcha atrás de un candidato que se intentó mantener frente a todos los pronósticos, incluso frente a la falta de votos en el Senado de la Nación.

A Reposo no le alcanzó el respaldo público de la Presidenta de la Nación, que por la tarde había elogiado su actuación en una teleconferencia que compartieron ella desde Lanús y él desde Tucumán. Los cacerolazos que llegaron a la Plaza de Mayo anoche fueron más fuertes que todas las críticas, las impugnaciones y que la falta de idoneidad demostrada en la audiencia pública del martes pasado en el Senado por el candidato de la Presidenta para reemplazar a un histórico y leal como fue Esteban Righi, el renunciado jefe de los fiscales de la Nación.

Cuando todavía los manifestantes estaban desconcentrando, el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro leyó las cartas de Reposo, hasta ahora titular de la Sindicatura General de la Nación, en las que retiraba su postulación con fuertes críticas a los medios, especialmente a Clarín, y a los senadores que lo pusieron en jaque hace apenas unos días. Se dio un gusto: cuestionado por su bajo promedio académico que apenas pasaba los 4 puntos, escribió que “el doctor Alfonsín tuvo un promedio de 3,5 puntos”.

Aunque se mostró herido, ofendido y cuestionado injustamente, lo cierto es que el kirchnerismo hasta anoche no conseguía los votos necesarios para que el próximo martes se aprobara su pliego. Pero también que en la audiencia del martes respondió con evasivas, dudas y desconocimiento frente a consultas concretas como por ejemplo el mecanismo de designación de los fiscales, esos a los que debería conducir.

La audiencia, transmitida en vivo por los medios pero también por el propio Congreso a través de Senado TV, sacó a la luz las falencias del candidato que no alcanzaron a diluir los intentos de ayuda del jefe del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Pichetto, y del siempre leal Aníbal Fernández. Y la audiencia generó enormes repercusiones en las redes sociales que seguramente en algo influyeron en los cacerolazos de ayer.

Para salvar la imagen de la Presidenta, no faltaba anoche quien dijera que Cristina no elogió la candidatura de Reposo sino su gestión frente a la Sigen. Y que el Gobierno no da marcha atrás sino que el candidato se retira.

En el acto en Lanús CFK había dicho sobre el funcionario: “Organizó la Sindicatura de una manera que nunca había estado organizada. Hace una excelente tarea”. Eso y respaldarlo es muy parecido, toda vez que gran parte de los cuestionamientos de los últimos días se dirigieron a la idoneidad y experiencia de Reposo como abogado. Hizo otros comentarios, todos a favor.

Y hasta lo felicitó por su tarea ante el Ciadi, donde actuó como defensor de la Argentina junto a la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona. Le faltó decir que Reposo tuvo un rol activo en la pelea con Papel Prensa y también en el resguardo de la figura de Amado Boudou por denuncias de su época de ministro de Economía.

De hecho, fue todo un gesto la postulación luego de que Boudou apuntara públicamente –en medio de las denuncias que lo involucraban en la causa ex Ciccone– al estudio de la familia de Esteban Righi y al presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi. Lo de ayer, dice tanto como aquel intento.