El crecimiento sostenido de la economía argentina durante los últimos años parece no condecirse con la imagen del país que tiene el resto del mundo en términos comerciales. Eso explica que la Argentina haya retrocedido 9 casilleros del Ranking de Competitividad Global que elabora anualmente el World Economic Forum (WEF) y difunde en el Foro de Davos. El país descendió del puesto 85 al número 94 y quedó en línea con naciones como Mongolia (puesto 93) y Serbia (puesto 95) y levemente por encima de la golpeada Grecia (puesto 96). Entretanto, fue superado por un importante contingente de estados latinoamericanos: Chile (pasó del puesto 31 al 33), Panamá (subió del 49 al 40), Brasil (del 53 al 48), México (del 58 al 53), Costa Rica (del 61 al 57), Perú (del 67 al 61), Colombia (del 68 al 69), Uruguay (que cayó pronunciadamente del 63 al 74), Guatemala (del 84 al 83), Ecuador (con un alza del 101 al 86) y Honduras (del 86 al 90).

Entre los motivos del retroceso, el WEF marcó como cuestiones principales el “continuo deterioro de las condiciones macroeconómicas” (puesto 94 en el ítem), una “valoración muy negativa de la organización institucional” (138) y el “deficiente funcionamiento” del comercio internacional (140). El Informe, que se hizo sobre 144 países y que por cuarto año consecutivo lidera Suiza, señaló que, además, el país “no aprovecha” los factores de competitividad que le son favorables. Ya en el 2011, el foro había advertido que la administración de Cristina Fernández de Kirchner podría beneficiarse mejor de sus ventajas si no fuere por la incertidumbre que genera a los inversores la baja calidad institucional, la burocracia, la inflación, las dificultades de acceso al crédito y, en especial, las trabas al comercio. Ese año, sin embargo, el país había subido dos posiciones desde la 87 a la 85,
El Informe habló de “debilidad” en materia de eficiencia gubernamental (142), que se relaciona con los “altos niveles de presión” (140), junto con una de las más bajas calificaciones en términos de confianza en los políticos (143). Como otros puntos débiles de la Argentina, también se anotaron problemas en el mercado laboral (140) y en los mercados financieros (131).


“Parece que el país no aprovecha el potencial de competitividad importante que le da su gran mercado interno (21), que le permite relevantes economías de escala; sus niveles relativamente altos en el uso de las tecnologías (56) y su número elevado de matrícula universitaria (20) que le proporciona a las empresas mano de obra calificada”, insistió en remarcar el trabajo. El WEF también relevó como negativo para el país la falta de acceso al financiamiento y señaló que esa posibilidad “podría aumentar la eficacia”, lo que mejoraría su productividad.
En la otra punta de la nómina, Suiza encabeza la lista debido a “la innovación, la eficacia del mercado laboral y la sofisticación de sus sectores económicos”. También pondera que “las instituciones suizas de investigación científica están entre las mejores del mundo” y que sus instituciones públicas tienen “una gran transparencia”, con una mínima corrupción.