La polémica por el aborto no punible se llevó la cabeza del ministro de Salud porteño
Podría ser la crónica de una renuncia anunciada. El ministro de Salud de la Ciudad, Jorge Lemus, dejó ayer su cargo en medio de severas críticas opositoras a su gestión e inmerso en una polémica por la reglamentación del aborto no punible, con la que recibió golpes por derecha y por izquierda, y le hizo perder el apoyo de la Asociación de Médicos Municipales, que controla amplios sectores del área sanitaria porteña.
El ahora ex funcionario, que había asumido en 2007 durante el primer mandato de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño, será reemplazado por la oftalmóloga y subsecretaria de Atención Integrada de Salud, Graciela Reybaud, perteneciente a esa Asociación y de estrecho vínculo con la vicejefa María Eugenia Vidal.
La dimisión fue anunciada por Bolívar 1 en un comunicado, en el que se destaca su “exitosa gestión al frente de la cartera”. Según la versión oficial, Lemus se fue a raíz del “desgaste natural del cargo”. Y para demostrar que no corrió sangre, se consignó que será designado presidente del Consejo Asesor de Salud del Gobierno y quedará a cargo del área en el equipo de campaña presidencial de 2015.
Sin embargo, su salida se da en medio de un ácido debate por la reglamentación de la práctica del aborto no punible en el sistema público porteño. Contra su voluntad, Lemus firmó el jueves la resolución 1252 que generó rechazos, por distintos motivos, de la oposición, la Iglesia y organizaciones no gubernamentales. El ministro pretendía que el protocolo saliera por ley, algo que se frustró debido a la interna desatada en el bloque del PRO frente al aborto. Macri decidió terminar con la discusión y acatar un fallo de la Corte Suprema de Justicia del 13 de marzo por la vía ejecutiva. Pero prefirió no estampar su firma en la resolución y dejarsela a Lemus. La medida fue cuestionada severamente por el cardenal Jorge Bergoglio, quien calificó de “lamentable” la decisión.
En las antípodas, legisladores de la oposición y organizaciones de mujeres calificaron como “un retroceso” el protocolo elaborado por el Ministerio de Salud, porque, entre otras restricciones, lo limita a 12 semanas de gestación para las víctimas de violación, y se convierte en el único distrito que puso un plazo. Ayer, antes del anuncio de la dimisión de Lemus, representantes del Frente para la Victoria, Nuevo Encuentro, Proyecto Sur, y partidos de izquierda, calificaron al protocolo de “inconstitucional, violatorio del Código Penal y del fallo de la Corte sobre abortos en caso de violación”. Y adelantaron que cuentan con los votos para sancionar una ley “que no viole los derechos de las mujeres”.
Así, el aborto no punible quedó a mitad de camino y los médicos municipales salieron a pedir la cabeza de Lemus.
El ex funcionario también venía siendo objetado por el posible cierre de talleres en el Hospital Borda. En rigor, el arco opositor viene reclamando su renuncia cada año, a raíz de la crítica situación edilicia de los hospitales públicos, la falta de insumos y recursos humanos.
Dentro del PRO, tampoco le iba bien. El 14 de junio, Lemus anunció que el índice de mortalidad infantil en la Ciudad subió en 2011, con una tasa de 8,5 muertes por cada mil niños nacidos vivos cuando en 2010 fue de 6,7 por mil. Vidal debió salir en su ayuda, en una conferencia de prensa. Las lenguas filosas dicen que la vicejefa estaba cansada de poner la cara cada vez que el ministro “cometía un error”. Y logró imponer a Reybaud. Con tantas voces en contra, Macri decidió finalmente soltarle la mano a Lemus.