Scioli le sacó la Seguridad a Casal y puso al frente a Granados

Cuando nadie lo esperaba y el cristinismo de paladar negro ya ni se lo reclamaba, encauzada la buena sintonía con la Casa Rosada, Daniel Scioli hizo la jugada: desdobló el ministerio de Justicia y Seguridad, que él mismo había unificado en 2010. Ricardo Casal se quedará con la primera mitad y el resto, con el estratégico control de la siempre problemática policía bonaerense, será asumido por el aún (como desde hace 18 años) intendente de Ezeiza, Alejandro Granados.


Con el refuerzo de gendarmes del “Operativo Centinela, la admisión del concepto de “inseguridad” (y no su sensación), la insistencia por la Policía Comunal, el regreso del debate por la baja de la imputabilidad a los menores (ver página 9), la nueva decisión de Scioli se enmarca en una indisimulada carrera oficial en la búsqueda de logrosen la materia que encabeza el ranking de los problemas en todas las encuestas provinciales.

Toda la carne al asador de cara a las próximas legislativas generales del 27 de octubre, luego del revés en las PASO.


“Estamos readecuando, en función de las necesidades operativas, la organización y administración de Justicia y Seguridad, y resolví que serán dos ministerios”, sorprendió a propios y extraños ayer el gobernador bonaerense al encabezar un acto de entrega de patrulleros en Berazategui. A su lado estaba Casal, que no se mostró sorprendido a diferencia de algunos de los subsecretarios de su cartera ahora dividida. “Se había puesto la re-camiseta”, deslizaron en un despacho a modo de reproche.


El apartamiento de Casal es una profecía autocumplida, con las innumerables ocasiones en que se preanunció la renuncia del funcionario sciolista más impactado por los dardos K, cuestionado por sus políticas de seguridad. Las últimas semanas se volvió a poner en duda su continuidad pero el propio Scioli salió al cruce de las versiones al ratificarlo en su puesto dos días antes, acusando a “una usina de rumores sin fundamento”. El vaso medio lleno o una salida elegante: al final no dejó el gabinete para ocupar la silla vacante de la fiscalía de Estado.


En pleno anuncio, Scioli lo encomió a “implementar la policía judicial, el juicio por jurados, la autonomía de la defensa y la descentralización del Tribunal de Casación”, entre otras iniciativas que impulsa el ex motonauta.
La contracara de la falta de sorpresa del apartamiento de Casal, es el llamado a Granados. “Como pidió Francisco, recen por mí”, citó al Papa el flamante ministro en C5N. Jefe comunal de Ezeiza desde 1995, amigo íntimo de Carlos Menem (antes) y de Diego Maradona (ahora), dueño de El Mangrullo, parrilla que reúne al peronismo de todos los colores con los que se ha teñido en los últimos 20 años, su asunción era justificada ayer en La Plata con un principal dato de su CV: es el precursor del sistema de monitoreo por cámaras de Seguridad, importándolo de España, actual estandarte de campaña de Sergio Massa.