Pep Guardiola, el entrenador que ganó todo con Barcelona, llegó a la ciudad de Buenos Aires para brindar una charla sobre liderazgo en un teatro. Pero antes, charló con alumnos de escuelas públicas y, además de adelantar que no volvería a dirigir en el equipo catalán, contó cuál fue el secreto para que los culés extendieran su hegemonía durante tantos años.

Con un sencillito sweter gris, entra Pep a la "La Usina del Arte", donde conversó con alumnos. "Me conseguís un autógrafo de Guardiola", le pregunta uno de los chicos a canchallena.com . Es imposible acceder a Pep. Tampoco responde preguntas de Bayern Munich. Las órdenes son claras desde el club alemán: no se le permite hablar del equipo hasta que no empiece sus funciones como entrenador. Pero Guardiola no necesita de gestos exagerados o que puedan pasar por populistas. Con la misma simpleza con la que llega, responde las preguntas y se preocupa por mirar a quién se les hace. Adelanta su torso, encuentra al niño que lo interroga, y lanza su respuesta. "Creo que es una etapa cerrada. Fue una etapa fantástica de mi vida pero se acabó", sentenció Pep, cuando un alumno le preguntó si volvería a Barcelona como DT.

Quien será entrenador de Bayer Munich, justamente el verdugo de Barca en la Champions League (y con paliza), describió como "una tranquilidad muy grande" consigo "mismo", dejar de ser el entrenador de los catalanes. "La vida sigue y hay que buscar otros retos", dijo Guardiola.

Tres ligas de España, dos Champions League y dos veces campeón del mundo. Es un curriculum vitae imbatible para quien fue DT de Barcelona desde 2009 a 2012. La pregunta por el secreto de su éxito llegó desde el jefe de gobierno la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri.

-¿Cómo lograr que un grupo sostenga ese compromiso con el trabajo para tener tantos éxitos? -preguntó Macri.

-Hubiera sido imposible si no hubiera tenido la gran fortuna de haber encontrado unos jugadores que hicieron de su oficio, de su profesión, una cosa muy, muy amateur. Cuando llegas más arriba, todo es muy profesional, todos es muy serio, muy cuadriculado. Son como vosotros si les gusta jugar al fútbol. Nunca perdieron esa pasión por el juego. Han sido los amateurs más profesionales que he conocido. Uno se hace futbolista de pequeño porque le gusta dar una patadón al balón. Intentamos del primer día hasta la último que eso no lo perdieran.

Fue toda una definición de cómo no perder la pasión. De cómo la rutina diaria de entrenamiento y de éxitos, no destrozara las ganas de seguir teniendo hambre de gloria. Pero además, Pep lanzó otra definición sobre cómo conseguir que haya armonía y triunfos en un grupo durante tantos años: "Al final no se puede conseguir grandes cosas si no eres buena persona. Si no, hubiese sido imposible conseguirlo tanto tiempo", aseguró.