Después de dos semanas más o menos tranquilas, el dólar “blue” volvió ayer a ganar impulso y saltó 14 centavos, hasta los $ 7,81, un valor que no tocaba desde la disparada de fines de enero, cuando arañó los 8 pesos.

El mercado oficial, cada vez más chico, tampoco estuvo tranquilo: el Banco Central tuvo que desprenderse de US$ 70 millones de sus cada vez más escasas reservas (ayer US$ 42.012 millones) para frenar una demanda en alza ante la poca venta de exportadores y la cobertura ante el feriado de hoy. El dólar oficial se mantuvo en $ 5,02. La brecha cambiaria entre ambos mercados se amplió a un 55,5%.

La demanda en alza también inclinó la balanza en el mercado marginal. Entre los analistas barajaban distintas hipótesis con respecto a la fuerte suba de la divisa. La más mencionada era –además de las compras anticipadas que demanda un feriado– la incertidumbre que generó el resurgimiento de la posibilidad de un desdoblamiento cambiario. “Al ser un mercado con poco volumen, tiene cierta volatilidad. Una orden de compra grande puede cambiar el rumbo de manera abrupta”, acotó un analista.

La cercanía del fallo de la Corte de Apelaciones de Nueva York por la deuda en default también genera ruido, ya que entre los analistas son mayoría los que creen que no será favorable para el país. El encuentro es el 27 de febrero.

Otra hipótesis que rondó el mercado y que pudo haber generado temores es la posibilidad de que el Gobierno implemente más restricciones al dólar, ante la escasez que podría generar la amenaza del campo de retener la venta de soja como señal de protesta.

La demanda por el “blue” es tal que ya cuesta más que el llamado “contado con liqui”, que es la transacción que permite –a través de la compra de bonos o acciones– sacar dólares a Nueva York. Con esta operatoria, el billete estaba ayer entre $ 7,70 y 7,75. El paralelo también está más caro que el dólar que se puede comprar “en blanco” a través de la Bolsa, que ronda también $ 7,75.