Maduro deberá lidiar con inflación de casi 20%
El próximo gobierno deberá afrontar una evolución de precios de dos dígitos que impacta en los alimentos y la petróleo dependencia, sin desarticular las mejoras sociales.
La economía venezolana deberá lidiar, ahora sin Hugo Chávez, con la inflación de dos dígitos, el desdoblamiento cambiario y la petróleo-dependencia, las cuentas pendientes de una gestión bolivariana signada por una notable reducción de la pobreza y una mejora general en los indicadores sociales.
Sin embargo, distintos economistas consultados por El Cronista coincidieron en que lo primordial a definir será la sucesión política. La Constitución venezolana obliga a llamar a elecciones antes de septiembre. Eso y una posible lucha intestina del régimen socialista pueden dificultar el manejo de la economía, indicaron.
En sus catorce años de mandato, Chávez cambió el rumbo económico de Venezuela, con un sinfín de expropiaciones de industrias estratégicas (entre ellas, Sidor, la siderúrgica del grupo Techint, una de las únicas empresas que fue indemnizada) y una política social atada a la renta petrolera. Desde su asunción, el PBI venezolano creció 45,6% (5,5% en 2012), según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Una de sus principales falencias, sin embargo, es la falta de diversificación.
La inflación de 2012 de Venezuela fue del 18,5%, según datos oficiales. En el rubro Alimentos y Bebidas llegó al 21,5%, pero se aceleró con fuerza a finales de año. En enero último, los precios treparon 3,3% y los de los alimentos, 5,3%. Pero la de 2012 fue la inflación más baja en cinco años. Había llegado a superar el 30% en 2008 (31,2%) y 2010 (30,9%).
“La inflación es un problema estructural, es uno de los temas críticos que deberá afrontar el próximo gobierno”, consideró Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.
Según el Fondo Monetario Internacional, los precios volverán a acelerar este año. El organismo multilateral prevé una inflación del 28,8% en el país latinoamericano.
La evolución de los precios y cierta estabilidad en el valor del petróleo llevaron al gobierno venezolano a devaluar el bolívar un 32% el 9 de febrero último. Fue una de las últimas decisiones económicas que, según el vicepresidente Nicolás Maduro, llevó la firma de Chávez. La “lechuga”, como le dicen al innombrable dólar paralelo, trepó en sintonía. Si el dólar para el comercio exterior pasó a valer 6,3 bolívares, el informal llegó a los 25 bolívares.
El control de cambios llegó “para quedarse” en 2003, luego de un paro petrolero que puso en vilo a la economía del país. Según un despacho de Reuters, el bolívar fue devaluado cinco veces.
El petróleo fue la mina de oro de la revolución bolivariana. La política de combustible barato fue clave para el desarrollo social del país, aunque no se vio plasmada en una diversificación de la matriz económica. Según datos de Pdvsa consignados por Reuters, la petrolera estatal deja de percibir u$s 11.000 millones al año por el subsidio a los combustibles en el mercado interno.
“Un problema estructural, que lo diferencia de Argentina, es que Venezuela depende mucho del petróleo y no aumentó significativamente su producción de crudo”, afirmó Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando Ferreres. “Pdvsa tiene problemas de productividad”, continuó.
La figura de Chávez es, sin dudas, el principal capital con el que cuenta Maduro para sostener el apoyo de las clases populares. En los catorce años, la pobreza se redujo 35% (de 48,7% a 31,6%) y la indigencia, 58% (de 20,1% a 8,5%), según los indicadores oficiales. El coeficiente gini, para medir distribución del ingreso (cuanto más cerca de 0, más igualdad), cayó 17%, a 0,39. La brecha entre los sectores más ricos y pobres cayó 32%. Las “misiones” sociales, políticas alimentarias, sanitarias y de educación, paliaron la inflación, con picos de 30%.