Tregua entre la Rosada y Scioli
El bonaerense y la presidenta tienen anunciado un acto conjunto de gobierno. Allegados a Cristina evalúan encuestas que alertan sobre cómo les impacta la pelea entre el kirchnerismo y el sciolismo. Se evitarían los reproches por al menos unos días
A tono con el fervor papal, recién el Domingo de Resurrección parece haber aplacado la batalla entre la Casa Rosada y Daniel Scioli: un cese al fuego que, incluso, podría extenderse más allá de los feriados. Según ambas agendas, si no hay cambios de último momento, el gobernador bonaerense se reencontraría en un acto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el miércoles.
No hay garantías de que mantengan un encuentro a solas. Entre el extenso conflicto docente con final incierto, el reclamo sciolista por la distribución de fondos federales y el futuro armado de las listas, no es que no tengan nada de qué hablar. Tampoco sellarían la tregua definitiva. Pero será una foto, después de tantas otras que causaron malestar en el kirchnerismo.
Pero el llamado a reflexión de la fiesta religiosa no sería lo único que explicaría el repliegue oficial. Al igual que el año pasado, con la crisis del medio aguinaldo, en despachos oficiales ya analizan con encuestas en la mano que la prolongación de la contienda puede afectar a ambas trincheras por igual. En especial al “nacionalizar” las escaramuzas y el temor a que el ex motonauta “vuelva a imponer el rol de víctima”.
“Se volverán a provincializar los ataques”, prometen en el cristinismo. Decodificado: los golpes provendrán desde dentro del distrito. Como ejemplo, ayer el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, criticó al hermano del gobernador, José “Pepe” Scioli, enrolado en las filas de Francisco De Narváez. Los contactos (tibiamente desmentidos) entre el sciolismo y el diputado opositor no generaron la réplica K que se esperaba.
El frente de batalla acotado implicaría, además, que los ministros que la semana pasada apuntaron contra el mandatario; Florencio Randazzo (Interior y Transporte) y Julio De Vido (Planificación); abandonen sus puestos en la trinchera. Por lo pronto, el segundo no recibirá esta semana a intendentes bonaerenses en el marco del plan de obras “Más Cerca”.
Un dato repetido por encuestadores que frecuentan la Rosada: no pueden permitirse un incendio en la mayor provincia. Al menos en un año electoral.
Más allá de que hay sectores que pretenden imponerle una nueva candidatura testimonial, el objetivo de máxima en la actual coyuntura es que “a Scioli le entre alguna bala”, juran en Gobierno, en referencia a su capacidad para salir con la imagen indemne de los problemas.
No es casualidad: es un eximio equilibrista sin ADN circense. Lo volvió a demostrar ayer, brindando dos entrevistas. Una al diario Clarín y otra a Tiempo Argentino. A pesar del mal trago para el kirchnerismo de leerlo en las páginas de, a sus ojos, el principal enemigo mediático; el gobernador concilió otorgando el doble de tiempo al medio oficialista. Si bien admitió que hay una “brecha” entre Cristina Kirchner y él; desligó a la mandataria del operativo desgaste, apuntando contra “algunos fanáticos que buscan sobreactuar en todo momento”. Sobre las listas, añadió: “La que conduce es la Presidenta, y ella tendrá definiciones”. Pero se plantó en un punto: descartó otra candidatura testimonial como en 2009. Un guiño final: agradeció a la oposición que “cuando vieron un límite a la gobernabilidad, tuvieron una actitud responsable”.