Tras cruce, Reino Unido invitará a embajadora al funeral de Thatcher
Tras un nuevo cruce entre el Gobierno y Reino Unido, luego de conocerse que Cristina de Kirchner no será invitada al funeral de la expremier Margaret Thatcher, el Gobierno británico informó que sí pedirá la asistencia de la embajadora Alicia Castro.
Según una portavoz de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, David Cameron, se ha pedido la asistencia de la embajadora argentina porque el protocolo marca que deben ser invitados los representantes de todos los países con los que el Reino Unido mantiene relaciones diplomáticas.
"Esto es para cumplir con los protocolos diplomáticos reservados para ocasiones como esta", precisó.
El Gobierno facilitó esta información después de que el periódico "The Daily Telegraph" informase que la familia de Thatcher había vetado la asistencia al funeral de funcionarios argentinos, lo que provocó la respuesta de Héctor Timerman.
"Es una provocación más", dijo el canciller en declaraciones al radio Del Plata. "¿Qué me importa si me invitan a un lugar donde no pensaba ir?", añadió
Las exequias de la baronesa, previstas para el miércoles próximo, se celebrarán en la Catedral de St. Pauls, en el centro de Londres.
Entre los invitados a la ceremonia estarán la reina Isabel II de Inglaterra, su esposo, el duque de Edimburgo, el primer ministro británico, David Cameron, los ex premier Tony Blair y Gordon Brown, como también dignatarios de muchos países del mundo.
Sin embargo, estarán ausentes el ex presidente de la URSS Mijail Gorbachov y la viuda del ex mandatario de Estados Unidos Ronald Reagan, Nancy, ambos debido a problemas de salud.
Aunque la llamada "Dama de Hierro" no tendrá un funeral de Estado, como había ocurrido con el ex premier Winston Churchill en 1965, sus exequias incluirán "todos los honores militares" y contarán con el estatus de aquellas como las de la Reina Madre y la princesa Diana.
El funeral se realizará en medio de un fuerte operativo policial, llamado "Operación True Blue", ante el temor de ataques de organizaciones como el ya desarmado Ejército Republicano Irlandés (IRA) o grupos de extrema izquierda.