Prótesis PIP, los mecanismos de un fraude gigantesco

Marsella - Cubas escondidas, falsa contabilidad en una llave USB, prótesis conformes con la
reglamentación producidas solamente en caso de control: Durante años, la empresa francesa PIP escapó a la vigilancia del líder  mundial del control de calidad TÜV, que certificaba sus implantes  mamarios.

"Había que esconder las cubas Brenntag y RTV 141, todo lo que no tenía que ser visto", había un "depósito para esconder las  cubas, y antes de ese depósito las escondíamos donde podíamos, un  poco en un camión, un poco en cualquier otra parte".

Fue un exdirectivo de la fábrica PIP que hizo esa declaración  a los gendarmes el 29 de octubre de 2010. Siete meses antes, las prótesis fueron retiradas del mercado francés por la agencia  francesa de control de productos médicos. Sus inspectores habían  descubierto durante un control en la fábrica de La Seyne-sur-Mer  (sur) que PIP llenaba los implantes con un gel fabricado por ella  misma con una silicona industrial, comprada al grupo alemán
Brenntag, y no con el gel norteamericano Nusil, el único  homologado por las autoridades sanitarias.

Según un exempleado, en la planta de producción había también  dos cubas: "la de la derecha contenía el Med 3 6300 (el gel Nusil) y la otra el gel PIP", pero todos los lotes de prótesis  salían con la mención "Med 3 6300".

Durante la investigación se descubrió que, de diciembre 2003 a  octubre de 2005, la fábrica ni siquiera hizo pedidos de gel "Med  3 6300", información confirmada por el último responsable de  control de calidad de PIP: "Alrededor de 2005-2006, fabricamos  durante mucho tiempo sin llenar el Nusil".

Y sin embargo, "cada año" los inspectores del grupo alemán TÜV realizaban inspecciones en la fábrica PIP, pero pedían los tests  de calidad hechos sobre las prótesis buenas, sin que se les  mostraran las otras", agregó ese testigo.

Los controles concernían también las materias primas, pero al igual que las cubas eran escondidas, los pedidos hechos a los proveedores del gel no autorizado, las firmas Brenntag y Gaches  Chimie, eran ocultados, según una exempleada del servicio de  compras.

"Durante el último control de TÜV, estuve a punto de echarme a llorar cuando dijeron que la firma era seria (...) porque a mí me  pidieron que ocultara los pedidos en la red informática, y yo me  negué, pero otro lo hizo", declaró la exempleada a los gendarmes  en mayo de 2010.

Otros testigos evocaron la existencia de dos bases de  datos, "una que indicaba lo hacíamos verdaderamente, y una que  estaba destinada a TÜV". El cambio de una a otra se hacía a
través de un lápiz USB. Los "preparativos" para las inspecciones  incluían también la producción de prótesis conformes: "cuando se  organizaba la inspección de TÜV (...), sólo hacíamos ensayos con  gel Nusil".

Durante el interrogatorio policial, el fundador de PIP, Jean- Claude Mas, calificó esas maniobras de "rutina". Era él quien  daba las órdenes, y los otros exdirectivos que comparecerán junto  con él en Marsella el 17 de abril las cumplían o dejaban hacer.

Muchos empleados de la fábrica estaban aparentemente al tanto del  fraude.

Mas sólo parece lamentar una cosa: que su hijo Nicolas  condujera el camión en el que las cubas estaban escondidas.

Pero el fraude fue tanto más fácil cuanto TÜV anunciaba  siempre sus inspecciones. La firma de control, que tenía un contrato con PIP desde 1997, podía hacer inspecciones  sorpresivas, pero no tenía la obligación de hacerlo ni lo hizo  nunca y es objeto por ello de acusaciones de negligencia.

A raíz del escándalo PIP, la Unión Europea prepara un proyecto  de reglamentación para hacer obligatorias las inspecciones  sorpresivas.