Sin identidad ni reacción, sin la fuerza de un equipo que tiene que sumar para mantener la categoría, así jugó Independiente un partido tan importante como el que tenía frente a Atlético de Rafaela. El conjunto local, dirigido nada menos que por Jorge Burruchaga, un símbolo para los Rojos, se quedó con el triunfo por 2-0 y comprometió aún más a los de Avellaneda con el promedio. Ni el cambio de técnico sirvió para sacar adelante a un plantel que perdió el rumbo hace tiempo. 

En el debut de Miguel Angel Brindisi, quien volvió a Independiente 18 años después, apostó a los jugadores más experimentados para enfrentar este importante partido. Ni en esa experiencia encontró la actitud necesaria en esta final, desperdició las pocas situaciones que tuvo y defendió muy mal. Rafaela fue superior desde donde se lo mire, incluso jugó casi todo el partido con uno más: Mancuello vio la roja a los 28 minutos del primer tiempo. 

Farías fue el elegido por Brindisi para aportar toda su experiencia en el ataque. El Tecla tuvo una sola, a los cuatro minutos, y la pelota salió al lado del palo. En la replica, Federico González marcó el primero para Rafaela. El gol fue un baldazo para Independiente, un mar de dudas que encima quedó con uno menos por la doble amarilla a Mancuello.