La fresca noche de Avellaneda se inició con un espectáculo muy poco habitual. Los fuegos artificiales, los disfraces del fantasma de la “B”, los globos negros y los canticos contra Independiente fueron los aspectos más atractivos de un encuentro que parecía tener muy poco interés para los hinchas de Racing.

En este contexto, el partido se retrasó 10 minutos debido a los festejos de la Guardia Imperial. El humo negro que invadió al Cilindro tardó un tiempo prolongado de disiparse, tal vez el mismo que duró el velorio que organizaron los simpatizantes de la “Academia”.

En cuanto a lo estrictamente futbolístico, la combinación de Fariña, Centurión, Vietto, De Paul y Villar fue lo más atractivo del primer tiempo. La velocidad y la precisión del medio campo de Racing generaron las situaciones más riesgosas. La más clara la protagonizó el delantero albiceleste, quien le rompió el travesaño a Limia con un disparo ejecutado con la cara externa de su botín.

Así, cuando faltaban 5 minutos para irse al descanso, Luciano Vietto se metió dentro del área grande y cuando estaba a punto de abrir el marcador, Pablo Bruna lo derribó. El propio atacante transformó el penal por gol y marcó el 1 a 0 para el delirio de todos los presentes.

En el complemento la superioridad de los dirigidos por Luis Zubeldía se mantenía intacta. Luis Fariña tuvo la oportunidad para ampliar la diferencia, pero fue Diego Villar, quien consiguió el 2 a 0. Tras un despeje defensivo hacia el centro de la cancha, el ex Godoy Cruz sorprendió a Alejandro Limia y convirtió un gol que se adaptaba mejor el trámite del encuentro.