Cuatro de cada diez argentinos sólo duerme seis horas por día

En medio de una rutina plagada  de pantallas de computadoras, televisión y celulares inteligentes,
cuatro de cada diez argentinos alcanza a dormir sólo seis horas por día.

Los datos difundidos por una firma que empezó a incurrir en el  tema a nivel corporativo indican que las horas de sueño se  redujeron dos horas en promedio en los últimos treinta años.

En el mismo tono, el último Barómetro de Deuda Social,  investigación llevada a cabo por la Universidad Católica  Argentina, indica que el trastorno que implica dormir seis horas o menos es sufrido más por los hombres (en un 17 por ciento), que  las mujeres (13 por ciento).

El informe indica además que llega al 22 por ciento la  población que manifestó sufrir de somnolencia diurna.

Tanto ese informe como el primero, difundido por la firma Drom- Cronobiología, firma dedicada a promover hábitos de sueño  saludable a nivel corporativa, indican un menor descanso que de
acuerdo con los especialistas se refleja en problemas en mantener  lapsos de atención, en dificultades en el aprendizaje, problemas  de percepción del entorno y mayor probabilidad de cometer errores.

También se conjugan problemas emocionales, como la pérdida de  motivación, falta de energía e la creciente irritabilidad.

De acuerdo con estudios científicos de la Universidad de  California, los empleados con trastornos de sueño y excesiva  somnolencia diurna tienen un 70 por ciento menos de probabilidades
de obtener una promoción laboral.

En ese plano, empieza a tallar el bajo rendimiento y  productividad, como desventaja frente a los colegas que logran  alcanzar un sueño adecuado.

El trabajo difundido por Drom-Cronobiología advirtió que la  privación se asocia a alteraciones en los genes que rigen los  ritmos biológicos, lo que redunda en modificaciones en la  transmisión neuronal, el metabolismo y la respuesta inmunitaria.

En esa línea, el descanso se equipara a comer y respirar en su  importancia.

El investigador del Conicet Daniel Vigo, quien asesora a la  firma, sostuvo que "durante las etapas del sueño suceden  funciones imprescindibles que tienen que ver, no sólo con el  aprendizaje y la memoria, sino también con mecanismos hormonales,  metabólicos e inmunes".

También advirtió que "la alteración del sueño se asocia con  disminuciones en el nivel de alerta que puede tener consecuencias  mortales como en el caso de los accidentes de tránsito", por lo
que "a largo plazo, se asocia con la aparición de enfermedades  como hipertensión, obesidad y diabetes",

Daniel Leynaurd, director de Drom-Cronobiología y creador  del primer "Siestario" en América Latina, por esa gran cantidad de causas, resalta la importancia que tiene tomar una siesta en pleno
lugar de trabajo.

"Está comprobado que descansar entre 20 y 30 minutos tiene  beneficios tanto para las compañías como para los empleados.

Tomarse un respiro hace que uno vuelva completamente renovado,  mejorando la productividad y las relaciones humanas", sostuvo el  especialista, sobre una modalidad que comenzó a ser implementada  por algunas empresas en la Argentina.