Semana Nacional de las Hepatitis Virales

El Ministerio de salud provincial, a través de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud y la Coordinación de Redes Bioquímicas recordaron que durante esta semana se está desarrollando una campaña de detección de los virus de las Hepatitis B y C en las Unidades Centinela que se encuentran en los Hospitales Cullen de Santa Fe, Centenario y CEMAR de Rosario y Gutiérrez de Venado Tuerto y en simultáneo con el resto de las unidades centinela de hepatitis de Argentina.
Así lo precisó el Coordinador de Redes Bioquímicas, Eduardo Anchard, al indicar que se ofrece a los pacientes que concurren a los laboratorios de los efectores mencionados, la posibilidad de “realizarse los test de manera voluntaria y gratuita”.

Detalló que los virus de las hepatitis B y C pueden causar “infección e inflamación grave y crónica del hígado, que a su vez puede dar lugar a cirrosis y cáncer del hígado” remarcando que “millones de personas en el mundo padecen hepatitis viral y muchos otros millones están expuestos al riesgo de contraer la infección”.

Señaló también que la “mayor parte de las personas que padecen infección crónica con el virus de la hepatitis B o C no son conscientes de estar infectadas” y por lo tanto, “corren el riesgo de desarrollar una enfermedad hepática crónica grave, y sin saberlo pueden transmitir el virus a otras personas”.

En ese sentido, explicó que aproximadamente “un millón de pacientes mueren cada año por enfermedades relacionadas con la hepatitis viral, en la mayoría de los casos por cirrosis y cáncer del hígado”.

Anchard, consignó además que particularmente “la hepatitis B es una enfermedad del hígado para la cual existe vacuna. Este virus ataca al hígado y lo lesiona. Si no es detectado y tratado en forma temprana puede producir fibrosis, cirrosis, e incluso cáncer hepático, lo que conlleva a veces la necesidad de trasplante de hígado”.

“Una de las principales características de la Hepatitis B es que en la mayoría de los casos no presenta síntomas visibles hasta que no está en un período avanzado y, muchas veces, es confundido con un malestar hepático pasajero como fiebre, dolor de cabeza, en los músculos y en las articulaciones, color amarillo en la piel y en los ojos y orina oscura”, destacó.
También hizo hincapié en que esta enfermedad “se transmite por la sangre, las relaciones sexuales sin protección, las agujas compartidas o reutilizadas y de la madre infectada al bebé recién nacido durante el parto”.

La mayor parte de los adultos infectados “pueden librarse del virus de la hepatitis B sin ningún problema, pero algunos adultos y la mayoría de los bebés y niños infectados no pueden deshacerse del virus y desarrollan infecciones crónicas” expuso, asegurando que “detectada a tiempo, la Hepatitis B tiene tratamiento farmacológico, que prescribirá un médico especialista en hígado (hepatólogo)”.

Por su parte, la Hepatitis C es una enfermedad del hígado. La inflamación puede causar que los órganos no funcionen adecuadamente. Se puede transmitir principalmente en transfusiones de sangre, o con el contacto con la sangre de una persona infectada, al hacerse un tatuaje o una perforación con instrumentos que no hayan sido esterilizados y que se usaron en una persona infectada, usando la máquina de afeitar o el cepillo de dientes de una persona infectada.

La mayoría de personas no presenta síntomas hasta que el virus causa daño al hígado, lo que puede tardar 10 años o más. Otros presentan uno o más de los siguientes síntomas: color amarillento de los ojos y la piel, el sangrado demora más tiempo de lo normal en detenerse, hinchazón del estómago o los tobillos, moretones que aparecen fácilmente, cansancio, malestar estomacal, fiebre, pérdida de apetito, diarrea, heces claras, orina turbia y amarillenta.
Finalmente, el Coordinador de Redes Bioquímicas, resaltó que para la Hepatitis C “no existen vacunas y usualmente no necesita de tratamiento alguno a menos que se vuelva crónica”, agregando que la Hepatitis C crónica “se trata con medicamentos que retrasan o detienen el daño que causa el virus al hígado”.