Procesan al Panadero por los crímenes de Pimpi y Quemadito
El actual líder de la barra brava de Newell’s Old Boys, Diego “Panadero” Ochoa, fue procesado por el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación como instigador de los ataques a Matías Pera y Maximiliano “Quemadito” Rodríguez, la muerte de este último, en otro hecho, ocurrido en febrero de este año, y el asesinato de Roberto “Pimpi” Caminos acaecido en marzo de 2010. La grave imputación que recayó sobre el Panadero –homicidio triplemente calificado en dos hechos y dos tentativas calificadas por precio o promesa remuneratoria, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de armas –, en caso de quedar firme, lo remitirá a un juicio oral. A su vez el juez Javier Beltramone amplió el procesamiento de los apodados Chuno y Porteño por el homicidio del “Quemadito” en base a nueva prueba. Además fueron procesados Walter Acosta, hermano de Chuno, como coautor y su ahijado Marcelo Jesús Romano como entregador. Dentro de la misma resolución el juez dictó el procesamiento de Chuno, Porteño y Emilio Zalazar como autores de un atentado previo que sufrió Rodríguez, en la puerta de la casa de su novia, una semana antes de su muerte.
A lo largo de 271 páginas, el juez Beltramone expuso varias de las pruebas que para él permiten imputar al Panadero Ochoa, detenido el 20 de agosto.“Estamos frente a incipientes organizaciones criminales, que nada tienen que ver con el fútbol, y que bajo el pretexto de amor incondicional a la «camiseta» se esconde un negocio ilegal altamente rentable, donde la disputa es sobre la máxima «jefatura», y no importa si es necesario utilizar todo recurso extremo. Así se ha probado”, sostiene el juez. Beltramone sostiene que todos los hechos se encuentran enmarcados en la “mal llamada barra brava” rojinegra, donde existe una organización y estructura que tiene el uso de armas y la violencia como paradigma.
Dentro de la extensa resolución se destaca el testimonio del ex barra Matías Pera, amigo del Quemadito, que describe cómo funciona la barra, cómo era el comando a cargo de Ochoa, cómo se organizó el Panadero para desbancar en su momento a Pimpi Caminos y cómo sus referentes manejaban a diversos grupos y cobraban un sueldo, lo que según el fallo condice con los testimonios de un ex custodio del Panadero y de “Quemado” Sergio Rodríguez, padre de Maxi.
Varias de las carillas de la extensa resolución mencionan escuchas telefónicas en las cuales se mencionan nombres y apodos de varios de los referentes de la hinchada rojinegra y también de las dos facciones que en los últimos cuatro años se disputan el liderazgo del paravalanchas leproso: “La hinchada que nunca abandona” (liderada por la familia Caminos) y “La hinchada más popular” (facción dirigida por el Panadero Ochoa).
Beltramone destaca varios diálogos, algunos obtenidos de escuchas, y otros a través de mensajes de texto, donde se habla de la barra brava y el club del Parque Independencia. Entre otras cosas, se menciona que mientras el Quemadito estaba en prisión, mantuvo un diálogo con Matías Pera en el cual Rodríguez sostiene que planea en el futuro “formar una banda grande y poderosa para poder manejar todo”. Además el Quemadito manifiesta que al salir en libertad quiere hacer “plata y mafia”, y menciona su vinculación en el comercio de drogas. Sobre esto último, el juez sostiene que el Quemadito tenía conocimiento del negocio de estupefacientes y que se presume mantenía funcionando un búnker con el apoyo de Guille Cantero, de la banda de Los Monos, mientras estuvo preso.
La muerte del Pimpi
Para imputar al Panadero como autor intelectual del crimen de Caminos, el juez hace un rápido recordatorio de la llegada del Pimpi al liderazgo de la barra. Según sostiene, esta aconteció en 2002, gracias a la ayuda de algunos conocidos, como Pedro Bismark, alias Loco Demente, quien “condujo el núcleo fuerte de la hinchada durante los años 90 hasta que se peleó con el presidente de la institución, Eduardo López”.
Si bien sostiene que por el crimen se llevó a cabo un juicio y que dos personas resultaron condenadas –René Ungaro y Carlos “Betito” Godoy–, Beltramone se basa en varios sitios de internet, entre ellos http://diadestimpy.wordpress.com/2009/02/01/roberto-pimpi-caminos/, al que considera “una fuente inagotable de indicios probatorios en donde y al decir de García Márquez en Crónica de una muerte anunciada el devenir anunciaba todo y cada uno de los hechos que acontecerían”.
En su momento no se pudo probar quién fue el autor intelectual del crimen de Pimpi, pero ahora, para Beltramone, “con mayor prueba producto de la unión de varias causas se podrá establecer que Ochoa fue el autor intelectual de tres homicidios, uno de ellos tentado en un primera vez y otro que terminara en tentativa de homicidio”, en referencia al asesinato de Caminos, el crimen del Quemadito y dos tentativas de homicidio, el del propio Rodríguez y el de Matías Pera.
El crimen del Quemadito
El Chuno y el Porteño fueron los primeros detenidos en el crimen de Maximiliano Rodríguez. Ambos fueron procesados en mayo por Beltramone por homicidio triplemente calificado. Recientemente la Cámara Penal confirmó el procesamiento, aunque sostuvo que se acreditó en forma “constreñida y ajustada al umbral de la mínima expresión” la probable responsabilidad de los imputados. Ahora el juez amplió dicho procesamiento, incorporando intervenciones telefónicas y sus transcripciones, listados de mensajes, información de redes sociales, pericias informáticas, prueba documental y testimonial.
El disparador del crimen lo brinda el padre de la víctima al sostener que un episodio ocurrido en el paravalancha de la cancha de Newell’s donde el Panadero es atacado por su laderos, entre ellos Maximiliano Rodríguez y Matías Pera, es lo que marca el desencadenante de la rivalidad con su hijo, donde la disputa dentro de la barra de la parcialidad rojinegra se volvió una constante y señala al Chuno y al Porteño como a las personas que mataron al Quemadito.
Respecto a la muerte de Rodríguez el juez sostiene que Chuno esperó en una moto y sacó a sus dos cómplices del lugar del crimen, mientras su hermano Walter “Walo” Acosta está señalado como la persona que estuvo en la esquina de Corrientes y Pellegrini e hizo un ademán como si tuviera un arma para distraer a la víctima mientras que el Porteño fue el que ejecutó el disparo fatal.
No había mucha gente que supiera la ubicación del Quemadito y el juez concluyó que un amigo de Maxi, identificado como Marcelo Jesús Romano –vecino de Chuno y ahijado de Walo– se enteró dos días antes del crimen el nuevo domicilio de la víctima y brindó el dato a los atacantes.
El fallo sostiene que luego del disparo que mató al Quemadito, su novia Sofía Laffatigue, gritaba: Fueron los de Ñuls, fue el Porteño, aunque luego dijo no recordar qué había gritado. En una tercera declaración afirmó que el ataque que sufrió su novio en la puerta de su casa fue consumado por Chuno, Porteño y Emilio, identificado como Emilio Zalazar.