Bunge: "El socialismo no tiene nada que ver con el populismo"
A los 94 años, este excepcional científico y filósofo argentino que dejó la Argentina hace cincuenta años y hoy vive en Canadá, aprovecha cada minuto de su vida. "No pierdo el tiempo con pavadas", dijo al ser entrevistado por Jorge Lanata en radio Mitre.
Mario Bunge es filósofo, físico, humanista, defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Actualmente visita Buenos Aires, entre varios motivos, porque fue incorporado a la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales como académico honorario. Está preparando su autobiografía y presentó su último libro: ¿Tiene porvenir el socialismo? (EUDEBA).
Hace 20 años Mario Bunge fue tapa de la revista Noticias bajo el título "El hombre más inteligente de la Argentina". Escribió cerca de un centenar de libros y nunca paró de estudiar. Empezó con Física en 1937 en la Universidad de La Plata y después sumó Filosofía, su verdadero amor. "Yo me propuse renovar la filosofía para volverla acorde a las ciencias del momento. No creo en filosofías eternas, perennes, creo que la filosofía es hacer permanente", dijo.
Bunge dejó hace medio siglo la Argentina rumbo al mundo y confiesa que le cuesta entender el panorama político actual. "Hoy los partidos casi no existen, y lo que veo es que el panorama político se parece mucho al de 1830 o 1840, cuando dominaba el \\'caciquismo\\'. Los políticos hoy son caciques sin ideas".
Se fue del país cuando se avecinaba un nuevo golpe militar en la Argentina: habían echado a Frondizi y asumió el general Guido. La censura ya lo sobrevolaba cada vez que entraba y salía del país ."Viví la mayor parte de mi vida en Argentina bajo la dictadura".
Luego de escribir a varios amigos por el mundo en busca de alojamiento, dio algunas vueltas entre Estados Unidos y Europa. Su mujer, doctora en Matemática, recibió una invitación para mudarse a Canadá . "Y la seguí a ella, como dice el tango".
"En Canadá hasta hoy hemos vivido tranquilamente; no ocurre nada inesperado; es un país políticamente aburrido. No hay violencia, hay asistencia médica gratuita, se puede caminar por la calle tranquilamente. Ni de lejos es tan interesante como Buenos Aires, la gente es algo fría, no existe la cordialidad de los argentinos; los argentinos son todos aficionados, aquí hay gente con intereses diversos. Para conversar no hay interlocutor más interesante que el porteño, porque los porteños lo sabemos todo", se jacta entre risas él mismo.
-¿Se imaginó su vida si se hubiera quedado? –preguntó Jorge Lanata.
-Sí, claro, me la imaginé varias veces. Me hubieran matado, porque a mí me resulta muy difícil callarme. Yo digo lo que pienso, y eso aquí fue muy peligroso.
Socialismo y capitalismo
Hay que discutir el socialismo, propone Bunge. "Hay consenso de que se ha desprestigiado, porque ha abandonado los ideales iniciales: construir una sociedad de socios, una sociedad en la que todo el mundo participe no sólo de la riqueza y de la organización de la misma y ya sabemos lo que pasó en la Unión Soviética, fue una dictadura. No fue una socialización de la propiedad, fue una estatización, que no es lo mismo. El ideal socialista es cuestión de saber cómo implementarlo", dijo.
Continuó: "Tampoco creo que sea posible centrar el socialismo en un solo valor, en la igualdad. La igualdad no sirve si no hay libertad. La finalidad de cualquier régimen es la realización del individuo. Eso requiere una sociedad meritocrática, que reconozca el valor del esfuerzo y el mérito individual. Sin que eso dé derecho a privilegios".
Según Bunge, "hoy hay consenso de que el capitalismo no funciona sin subsidios del Estado". Al respecto, observó que hubo enormes empresas, como General Motors, que han sido rescatadas por préstamos o donativos del Estado "y esa no es la esencia del libre comercio según la cual la competencia hace que sobrevivan o se hundan las compañías". "Vale la pena discutir racionalmente los motivos por los cuales el capitalismo no está funcionando bien. Y por qué el socialismo no fracasó, ni funcionó, porque nunca fue aplicado. Fue traicionado desde el comienzo, en particular por los propios marxistas.
El hoy llamado "socialismo del siglo XXI" en América Latina es una mala interpretación, sentencia Bunge. "El socialismo no tiene nada que ver con el populismo, que ofrece dádivas de arriba. Y el socialismo se construye de abajo hacia arriba. Comienza con cooperativas y con organizaciones no gubernamentales; el socialismo auténtico no es estatista. Le deja libertad al individuo".
A su entender, ante la consulta del periodista, el rol del Estado es administrar el bien público. "Los teóricos políticos de casi todas las franjas han sobreestimado la importancia de la lucha por el poder. Desde el comienzo del Estado, hace 5.000 años, una de sus funciones ha sido administrar los bienes públicos, el territorio, las riquezas naturales, las obras públicas. El Estado siempre ha tenido la función de administrar la propiedad pública que ni los marxistas ni los fascistas le han reconocido; porque para ellos siempre fue un organismo opresor", dijo.
Bunge pone como ejemplo las repúblicas escandinavas. "Suecia, Dinamarca y Noruega: allí el Estado no es opresor; son Estados semi-socialistas; la propiedad está en manos privadas, hay bienestar social y, dicho sea de paso, son las economías más exitosas del mundo. Las más competitivas, las que tienen menos desocupación, menos desigualdad social, y la riqueza está mejor distribuida".
Argentina, el país del "avanzo y retrocedo"
Para Bunge, "el panorama político actual se parece mucho al de 1830 o 1840: no hay ideas, no hay programas, no hay gente preparada; son aventureros, aficionados a la política".
"¿Por qué no hay sociología, por qué no hay ciencias políticas?", se preguntó. "Aquí nadie investiga; son profesores decanos con maestrías y recibidos de carreras como las llaman los norteamericanos: carreras "Mickey Mouse". No están al día en nada. Se estudia por apuntes, es un escándalo".
"Veo a la Argentina de estos últimos años como un país atrasado, muy conservador. La veo como meterme en una máquina del tiempo... y volver el tiempo atrás. Hay cosas buenas que han quedado, no muchas. La Argentina es un país que avanza y retrocede, de modo tal que la ganancia neta es nula".
Indagado sobre la explicación que daría sobre el peronismo si fuera preguntado en el país donde vive, dijo: "Sé que no es una mera repetición del fascismo, como creíamos nosotros hace 50 años cuando luchábamos en el frente llamado Unión Democrática, donde se juntaban conservadores con comunistas. Es una forma completamente original de populismo. La primera presidencia de Perón hizo cosas buenas, como darle el voto a la mujer, provincializar el territorio, hacer un gran plan de plantas hidroeléctricas que no se cumplió; reformó el Código Laboral. Pero también hizo muchas cosas malas".
Sobre el futuro
"Nuestro país puede llegar a ser un país del siglo XX e incluso del XXI; para eso hace falta trabajar y que el ejemplo venga de arriba. Para esto hace falta tener un plan, una visión", señaló.
Bunge dijo que su visión "es la de una democracia integral, tener en cuenta el ambiente, la salud, la participación política, y no el seguimiento servil a ningún cacique". "No la esperanza de ligar un laburo fácil, sino romperse por uno mismo, algo de responsabilidad, por la familia, por el país", agregó.
Cómo vivir muchos años
En otro orden, el filósofo dio su receta para vivir muchos años. "Hay que mantener la curiosidad. Conseguir buenos genes, yo los conseguí de mi madre. Y tener costumbres y hábitos de vida muy regulares. Cultivar la austeridad y la sobriedad. ¡Y –entre risas– no leer porquerías!, como a Hegel, Heidegger, ni a Nietzsche, que es el más venenoso".