Hoy se producen y se descartan en el país unas 200.000 toneladas anuales de envases PET, y si bien son perfectamente reciclables, sólo se recuperan con este fin unas 70.000 toneladas (un 30%). Estas montañas literales de plástico generan un daño al ambiente irreparable.
“Estamos en un gran problema hace años en que la sociedad recién comienza a tomar consciencia del daño al medio ambiente. Los plásticos forman parte de nuestra vida y debemos encontrarle una disposición final luego del desecho”, sostuvo Francisco Passamonti, docente investigador de la FIQ.
“Lo que preocupa es su durabilidad ya que se adaptan a lo que uno quiera hacer con ellos. Además frente a metales, maderas u otros materiales, no se degrada con el tiempo. El problema está en que cuando lo desechamos esa durabilidad en el tiempo permanece y le damos al ambiente un problema que es la degradación propia del producto”, subrayó.
“Su durabilidad y la cantidad que se genera año tras año es el principal problema”.
“El 90% de los plásticos en el mundo se fabrican en base al petroleo”.
Las bolsas de consorcio “son derivadas del petroleo pero algunas tienen un componente que la oxidan o la degradan. Si bien pensamos que la bolsa deja de existir, aún contamina el ambiente como metano”, concluyó.
Hay que concientizar a la sociedad y todos debemos entender que estamos generando un problema todos los días al planeta con la basura que desechamos.