Francisco, en cuatro años de Pontificado, se convirtió en un "Papa digital" con presencia múltiple en las redes, mostrando que también sabe leer los desafíos de su tiempo en el mundo de las comunicaciones.
Como en muchos otros temas, la revolucionaria llegada de Benedicto XVI a Twitter con el primer mensaje en diciembre de 2012, apenas dos meses antes de su renuncia, abrió el camino del mundo digital para quien fuera a sucederlo.
Francisco asumió el Pontificado el 19 de marzo de 2013, tras una experiencia creando el usuario Twitter del arzobispado porteño. Su forma de comunicar encontró en las redes sociales un ámbito ideal para desarrollarse.
Poco más de cuatro años después de su Pontificado, la cuenta @pontifex publica ya en nueve idiomas (español, inglés, alemán, francés, italiano, árabe, polaco, latín y portugués) y suma más de 31 millones de seguidores en total.
Así, no resultó extraño que, sucesivamente, Jorge Mario Bergoglio desarrollara una serie mensual de videos en Youtube, abriera una cuenta en Instagram y hasta lanzara una aplicación para teléfonos móviles, "Click to Pray".
La respuesta de los fieles, y los no también, no ha desilusionado las expectativas del mundo digital de Francisco. Inaugurada el 19 de marzo de 2013, su cuenta de Instagram, "Franciscus", alcanzó más de 1,5 millones de seguidores en apenas 48 horas. Un año después ya son más de 3,6 millones.
Un éxito similar tiene la iniciativa "El Video del papa", con la que desde enero de 2016 el Pontífice convierte en clips de poco más de un minuto de duración las intenciones mensuales de oración. Algunos, como la pieza dedicada al Diálogo Interreligioso, superaron las 100.000 visualizaciones sólo tomando en cuenta el canal oficial.
Lanzada en marzo del año pasado como forma de armar una "red mundial de oración" desde los teléfonos móviles, la App "Click to Pray" fue descargada ya por millones de personas. Según las estadísticas de la Santa Sede, más de 100.000 personas la abren al menos cinco minutos por día.
En ese marco, el Pontífice decidió a mediados de 2015 unificar todos los organismos del Vaticano dedicados a la comunicación y creó la Secretaría para la Comunicación, en el que desde entonces conviven el diario centenario de la Santa Sede con las nuevas tecnologías.
"En la antigüedad la Iglesia comunicaba con la pintura, y vemos lo que es la Capilla Sixtina. También con la arquitectura y con la música: la Iglesia siempre tuvo todos los medios con los que la cultura supo comunicar y ¡cómo los tuvo!. Hoy tenemos que ser el Miguel Ángel de la comunicación digital. Si tenemos la Capilla Sixtina, la pintura, la arquitectura del Vaticano, también tenemos que tener una cultura comunicacional de ese nivel", explicó a Télam el "número dos" de la Secretaría para la Comunicación, el argentino Lucio Ruiz.
El Papa parece convencido de esa dirección. Y no sólo asimila las nuevas formas de comunicación digitales desde el organigrama, sino también las ha hecho propias en muchas veces como si fuera un adolescente moderno.
"Dejen a un lado los smartphones y las computadoras cuando están cenando", animó durante una audiencia general en noviembre de 2015; "¿Qué pasaría si lleváramos la Biblia como nuestro teléfono celular, volviendo a casa cuando la olvidamos?", se preguntó a inicios de marzo de este año.