Todos sufrimos cierto jet lag cuando viajamos entre países con zonas horarias muy diferentes.
Si la diferencia de horas es grande tu cuerpo puede pasarse unos días "confundido" con los nuevos horarios de las comidas, el sueño y hasta la hora de ir al baño.
Pero hay un jet lag para el que no hace falta ir muy lejos: el jet lag social, que se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño del fin de semana (o de los días libres) y el horario de los días laborales.
Los expertos que lo investigan creen que la interrupción regular de los patrones de sueño puede "confundir" al reloj del cuerpo, es decir, al ritmo circadiano, que regula nuestro metabolismo.
¿Cómo se miden las horas de jet lag social?
Para algunas personas no hay distinción entre días laborales y fines de semana. Los académicos que investigan el jet lag social suelen comparar el punto medio de sueño de una persona durante los días laborales y los días libres. Por ejemplo, si una persona duerme durante la semana desde las 23 hasta las 7 de la mañana, el punto medio de sueño son las 3 de la madrugada.
El fin de semana, si la persona duerme de 1 a 11 el punto medio serían las 6 de la mañana. Por tanto su jet lag social sería de 3 horas.
¿Cómo puede afectar a la salud?
Varios estudios científicos han encontrado una relación no causal entre un gran jet lag social y varios indicadores metabólicos de una salud pobre.
Un estudio de 2015 con más de 800 trabajadores que hacían horarios de trabajo regulares encontró que quienes tenían un mayor jet lag social tenían más probabilidades de tener obesidad y otros marcadores no saludables de salud que los trabajadores cuyo patrón de sueño apenas cambiaba durante toda la semana.
No es que dormir más el fin de semana cause obesidad, pero la obesidad sí parece ser más frecuente entre las personas con un mayor jet lag social.
Los investigadores, de varias universidades británicas y estadounidenses, dijeron que "vivir en contra de nuestro reloj biológico puede contribuir a la aparición de disfunciones metabólicas y de sus consecuencias".
Una diferencia de jet lag social de dos horas es el límite a partir del cual se empiezan a observar esos biomarcadores poco saludables, según los autores del estudio financiado por el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido y el Instituto Nacional para el Envejecimiento de Estados Unidos.
Otra investigación muy reciente del Programa de Investigación sobre Sueño y Salud de la Universidad de Arizona, en EE.UU., acaba de concluir que el jet lag social es un marcador circadiano importante para la salud, independientemente de la duración de las horas de sueño y de problemas como el insomnio.
Según las conclusiones del estudio, liderado por Michael A. Grandner y publicado en la revista Sleep, el jet lag social está asociado "con una salud más pobre, enfermedades de corazón, peor estado de humor y una mayor fatiga y somnolencia".
Los investigadores sugieren que, no solo la duración del sueño sino también la regularidad en el horario, juega un papel importante para nuestra salud.
Varios estudios científicos e instituciones de la salud recomiendan que los adultos deberíamos dormir regularmente como mínimo siete horas al día para estar descansados y en un estado óptimo de salud.
Y según el servicio británico de salud pública, el NHS, los expertos concuerdan en que mantener horarios regulares de sueño durante la semana y los fines de semana ayuda a prevenir problemas de sueño.