• La grasa se convierte en músculo. Muchas personas que comienzan a entrenar tienen la certeza de que esto sucedeará a medida que vayan realizando ejercicio, pero nada más falso. Es imposible que esto suceda porque son dos tejidos completamente diferentes. El músculo se crea mediante una rutina de ejercicio y un plan de alimentación específico.
• Si el entrenamiento no duele, no funciona. Cuando se trabaja el músculo debemos tener una sensación de fatiga, pero nunca debe causar dolor. Es mejor verificar que estemos realizando bien el ejercicio y que el peso esté adecuado a nuestro nivel.
• Cardio en ayunas. Esta opción es mala para la salud, por más que pueda ayudar a quemar cierta grasa. Nunca es bueno realizar ejercicios sin comer.
• Dejar de cenar para bajar de peso. Si bien esto puede ayudar a bajar algo de peso en un comienzo, a la larga es contraproducente por el llamado efecto rebote. Se termina por subir más kilos y para colmo, después es más difícil bajarlos. Además, al dejar de cenar, el cuerpo pierde masa muscular y eso produce que se quemen menos calorías en reposo.
•Hay que consumir mucha proteína para incrementa el músculo. Si bien son fundamentales para el proceso de construcción de estos tejidos no se necesitan cantidades grandes. El exceso de proteínas se descompone en aminoácidos y nitrógeno, los cuales se desechan o se convierten en carbohidratos que se terminan almacenando.
• Las grasas se queman al transpirar. ¿Alguna vez usted usó un traje de plástico o se fajó con film para bajar de peso al sudar? Bien, esto es falso. El sudor es producido generalmente como un medio de refrigeración corporal conocido como transpiración.