La escena se repite donde sea que uno vaya. Familias que cenan fuera de casa se encuentran sentados en un restaurante, donde los padres se pasan la noche mirando las pantallas de sus respectivos teléfonos y los niños hacen lo suyo hipnotizados por tabletas, enfundadas en un colorido cobertor protector.
Convertidos en verdaderos "niñeros de la era digital", son muchos los padres quienes – más allá del obvio beneficio de mantener a sus hijos entretenidos – ven a las tabletas y smartphones como una herramienta de presencia casi obligatoria dentro del hogar que les permitirá prepararlos para el futuro.