Biólogos de la Universidad de California (UC) en San Diego, Estados Unidos, desbloquearon elementos clave de estos misterios, con implicaciones para comprender la atracción social y la aversión en una variedad de animales y humanos.
El profesor Davide Dulcis, del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UC San Diego, Giordano Lippi, Darwin Berg y Nick Spitzer, de la División de Ciencias Biológicas, y sus colegas publican sus hallazgos en la revista 'Neuron'.
Cómo fue la investigación
En una serie de estudios neurobiológicos de ocho años, los investigadores examinaron renacuajos, que se sabe que nadan con miembros de la familia en grupos. Centrándose en estudiar señales olfativas familiares u olores de parentesco, los investigadores identificaron los mecanismos por los cuales los renacuajos de entre dos a cuatro días eligieron nadar con miembros de la familia frente a miembros no familiares.
Sus pruebas también revelaron que los renacuajos que estaban expuestos a formadores tempranos de olores de aquellos fuera de su grupo familiar también se inclinaron a nadar con el grupo que generaba el olor, ampliando su preferencia social más allá de su propio parentesco verdadero.
La clave: neurotransmisores
Los investigadores descubrieron que este cambio se basa en un proceso conocido como "cambio de neurotransmisores". El neurotransmisor “dopamina” se encontró en niveles altos durante la unión normal de parentesco familiar, pero cambió al neurotransmisor GABA en el caso de atracción por olor artificial sin parentesco.
"En las enfermedades invertidas hay un claro signo de cambio de neurotransmisores, por lo que ahora podemos ver que estos neurotransmisores están realmente controlando un comportamiento específico. Se puede imaginar lo importante que es esto para la preferencia social y el comportamiento. Tenemos respuestas innatas en las relaciones, el enamoramiento y decidir si nos gusta alguien”, comentaron los expertos.
Y agregaron: “Usamos una variedad de señales y estos receptores del olor pueden ser parte de la ecuación de preferencia social".
La interacción social, ya sea con la gente en el lugar de trabajo o con familiares y amigos, tiene muchos determinantes, subraya Spitzer, profesor de la División de Ciencias Biológicas y codirector del Instituto Kavli para el Cerebro y la Mente en UC San Diego. “Como seres humanos somos complicados y tenemos múltiples mecanismos para lograr la vinculación social, pero parece probable que este mecanismo para cambiar la preferencia social en respuesta a los estímulos olfativos contribuya en cierta medida".