Los chicos y las verduras siempre han tenido una relación difícil. Ha sido así siempre y, muy probablemente, continuará de esa forma. El desafío de incentivar esa relación, que idealmente recae en los padres, tampoco es sencillo. Porque desde luego, no hay soluciones mágicas. La opción de abrirle la boca a los niños y meterle las verduras a la fuerza no tiene asidero (aunque no se puede descartar que haya algunos que lo realicen).
Pero no hay que llegar a tanto, afortunadamente. Porque como con casi todos los proyectos que se emprenden en la vida, con voluntad y paciencia (tal vez los grandes atributos del ser humano) se puede.
Para ayudar en esa menuda tarea, aquí van 10 ideas de la cocinera saludable Cecilia Ducca, del blog Como come León, para que los chicos incorporen alimentos saludables en su dieta:
1- Transmitir conocimiento:
Contarles a los niños, desde muy pequeños, de donde proviene la comida que comemos. Mostrarles imágenes de cómo llega una zanahoria a estar en nuestra mesa; cómo todo comienza con una semilla; y lo que le ocurre hasta llegar a la verdulería del barrio. Con los más chiquitos sirven las imágenes y ponernos creativos, ellos aman que les contemos cuentos, y hoy el héroe del cuento puede tener el súper poder de comer vegetales.
2- Armar huerta casera
Incentivar el cuidado de una pequeña huerta o maceta en el balcón (hasta en la cocina se puede tener un pequeño macetero con aromáticas). No tiene importancia que no alcance para abastecer a toda la familia, va a ser un ejemplo excelente del cuidado y amor por el cultivo. Observar día a día su crecimiento y lo sabia que es la naturaleza despierta en los niños muchísima curiosidad.
3- Colocar la fruta en un lugar visible
En primer lugar ir a comprarla, (porque si nunca tenemos, nunca van a querer, y es como un circulo vicioso) tener siempre fruta en casa, aunque sea poca, pero variada. Y que este a la vista y al alcance de los niños, en una frutera sobre la mesa, ya lavada y dispuesta a ser agarrada. Muchas veces escucho la frase “en casa la fruta se termina tirando” la forma de no tirarla, es mostrarla, generar interés. Podemos armar juntos un mandala con frutas de colores en el plato, o conseguir pinches con banderines de papel y servirlas en la merienda. A veces preguntamos si quieren fruta y ellos automáticamente responden que no, pero si nos acercamos con un plato con fruta recién cortada, y dejamos que se tienten con su aroma y colores, con el bocado ya listo para ser comido, es mucho mas fácil que digan que si.
4- Predicar con el ejemplo
Hay una frase que dice “No te preocupes si tus hijos no te escuchan, ellos están observándote todo el día”. Si ellos nos ven disfrutar de comer una fruta, si nos ven variar nuestra alimentación, e incorporar nuevos alimentos es mas probable que se sientan animados y seguros al momento de comer algo nuevo.
5- Ir juntos de compras
Pedirles a los chicos que nos acompañen a la verdulería, o la tienda saludable a comprar cereales o legumbres puede ser un gran desafió! Podemos invitarlos a que elijan por color o forma, lo que les parezca más atractivo, y después idear juntos una receta. Jugar con ellos, brindarles nuestro tiempo y hacer una actividad juntos siempre trae beneficios.
6- Que el momento de alimentarse sea sin distracciones
Si mientras comemos estamos cada uno en otro tema, o nos invaden muchas distracciones, podemos llegar a comer de mas, de menos o cualquier cosa! La televisión, los teléfonos celulares, las tablets es mejor dejarlas afuera de la mesa. A veces una película o un juego genera tal distracción que no podemos ni tener la atención necesaria para distinguir el sabor de los alimentos y mucho menos disfrutarlos.
7- Mantener la calma
No desesperarnos si nuestro hijo se niega a probar, se que es un momento muy angustiante y lo viví personalmente durante años, mi hermana paso toda su infancia sin probar mas vegetales que el choclo (y solo el de la playa), mi mama probo todas las técnicas habidas en el mundo, y cuando gritaba y se desesperaba las cosas salían peor!. Respiremos profundo y tratemos de encarar el momento con una actitud positiva, de a poco se logra, al menos que prueben para poder luego elegir si tal alimento les agrada o no.
8- Una oportunidad
Es la frase que podemos usar para cuando nos dicen que no quieren probar algo, o se acuerdan que una vez lo probaron y no les gusto. Explicarles que el gusto va cambiando, que a medida que crecemos vamos ampliando nuestro paladar y que además las comidas no salen siempre de la misma manera, que podemos incentivarlos, a que le den una oportunidad y probar nuevamente el alimento rechazado y tal vez se sorprendan.
9- Crear hábitos
Muchas veces estamos cansados, y lo hacemos lo mejor que podemos, eso es muy valorable, pero no perdamos de vista que los hábitos se crean y se fortalecen por repetición, sobre todo para los mas chiquitos, crear hábitos saludables es un esfuerzo de los primeros años, y después lo tienen tan incorporado que ellos solos buscan rico, sano y variado.
10- Empezando por casa
Tratar de tener en casa más alimentos variados y frescos, volver a reeducar el gusto descartando un poco tantos alimentos ultra-procesados que tienen sabores atractivos pero artificiales. Disfrutar del jugo de una naranja recién exprimida, o una pera en su punto justo, son pequeños placeres que solo se adquieren con constancia.