El metabolismo es un conjunto de procesos fisico-químicos (como la respiración, la regulación de la temperatura corporal, la contracción muscular y la digestión) que ocurren en el organismo, con el fin de producir la energía necesaria para el desarrollo de sus funciones vitales. Activar este proceso significa incentivar a que el cuerpo "trabaje más" y, por ende, queme más calorías.
¿Cómo lograrlo? La licenciada en nutrición y personal trainer Viviana Viviant nos brinda cinco claves imprescindibles.
1. Hacer actividad física. Por supuesto, este es un factor fundamental a la hora de estimular el gasto calórico. Pero no se trata solo de elegir una rutina para bajar de peso. Por el contrario, es importante elegir un deporte o rutina que se adapte al propio estilo de vida y a los gustos personales. También hay que tener en cuenta la frecuencia en la práctica y la intensidad. La medida ideal: ejercitarse no menos de tres veces por semana e ir variando esa exigencia.
2. Evitar las dietas de moda. Entre sus muchas desventajas, producen la pérdida de masa muscular (generador de energía), desactivando el metabolismo.
3. Comer más seguido. El número de comidas es tan importante como la cantidad y la calidad de los alimentos que se ingerirán. Está demostrado científicamente que hacer una mayor cantidad de comidas contribuye a activar el metabolismo. Si creías que hacer dos o tres comidas al día, es un buen camino para adelgazar, no es así. La idea es cumplir con un plan que incluya desayuno, almuerzo, merienda y cena, más dos colaciones. Esto entre otras cosas sirve para regular la liberación de la hormona insulina; lo cual facilita el metabolismo de las grasas y dispara el metabolismo general.
4. Armar horarios de comidas. Acostumbrar al organismo a comer en momentos fijos forma parte del cambio de hábitos y permite de a poco ir instalando un "reloj" en el estómago. Las comidas deberían planificarse cada hora y media, con un máximo intervalo de tres horas. Si pasan más de tres horas entre una comida y la siguiente, habrá un menor gasto metabólico, mayor probabilidad de agrandar el tamaño de las porciones, y también más chances de recurrir a alimentos poco saludables.
5. Incluir proteínas. El organismo gasta más calorías en metabolizar este tipo de alimentos. Además, estos otorgan una mayor sensación de saciedad. No obstante, la mayoría de las personas no las consume en suficiente cantidad o, en algunos casos, como en los deportistas, se ingieren por demás. La clave está en saber elegirlas. Las carnes rojas y blancas deben ser magras; los lácteos, descremados; y conviene consumir solamente la clara de huevo. Las proteínas de origen vegetal como las que se encuentran en los cereales y derivados, las legumbres, las frutas secas y semillas también son útiles. El consejo: incorporar algo de proteína en cada comida.