La pérdida del cartílago articular de una articulación se conoce como artrosis. Cuando la que se presenta en rodillas es severa puede cursar con dolor y deformidad de las mismas, pero esto no significa que la persona deba abandonar todo tipo de actividad física. La postración y la depresión pueden y suelen acompañar a los pacientes que, por dolor, no practican algún tipo de actividad deportiva recreacional.
Actividades como trotar, montar bicicleta e incluso caminar pueden resultar sumamente dolorosas, es por ello que la natación surge como una opción excelente para lograr mejorar el estado físico y espiritual de la persona. Pero ¿por qué tan beneficioso? Pues bien, en piscina, lográs realizar ejercicios sin tener que soportar el peso de tu cuerpo, por lo que los dolores que aparecen con otras actividades desaparecen con la natación.
Cuánto nadar y con qué frecuencia depende mucho de cada persona, pero se recomienda un comienzo progresivo a razón de dos o tres veces a la semana por períodos de 30 a 35 minutos. Luego, con el tiempo, se puede llegar a convertir en una actividad diaria de una hora.
Aunque nadar no cura la artrosis, sí retrasa la velocidad con que avanza, alivia los síntomas que ésta genera y sobre todo mejora la condición física del paciente desde todo punto de vista.