A la hora de empezar una dieta o una rutina de ejercicio, el objetivo de muchos es quemar grasas y tonificar el cuerpo. Pero, esto, no sería un objetivo primordial ya que existen algunas grasas sanas.
En nuestro cuerpo, se acumulan seis tipos diferentes de grasas, y no todas significan energía que no se ha gastado. De hecho, algunas de ellas, producen el efecto contrario al que nos dicta el sentido común.
Tipos de grasa
- Esenciales: estas son necesarias para vivir pues ayudan a regular la temperatura corporal, la absorción de vitaminas, la estructura celular y algunas hormonas, como las de la fertilidad. Las mujeres, necesitan que alrededor del 12 por ciento de su cuerpo este compuesto por estos lípidos.
- Blancas: este es el tipo que comúnmente conocemos como grasa. Las células almacenan este tipo de grasa en forma de triglicéridos que sirven de reservas de energía para tu cuerpo.
- Marrón: este tipo, aunque no lo creas, quema energía en lugar de almacenarla en el cuerpo. Su color se debe a que las mitocondrias queman ácidos grasos para generar calor. A mayor sobrepeso, más grasa blanca y menos marrón.
- Beige: es una intermedio entre las dos anteriores. Según los especialistas, la grasa blanca se pondría beige cuando empiezas a cambiar tu metabolismo y a quemar mayor energía.
- Subcutánea: es la capa de grasa que se encuentra justo debajo de nuestra piel: alrededor del 90 por ciento de la grasa de nuestro cuerpo es subcutánea. Una combinación de grasa, blanca, beige y marrón es saludable.
- Visceral: estas se acumulan en la cavidad abdominal, alrededor de órganos como hígado, páncreas, corazón y los intestinos. Es la más peligrosa y a la que debes apuntar eliminar si empiezas ejercicio.