Al mediodía del viernes se vivieron momentos de tensión y angustia en la zona de Tribunales de la ciudad. Una loza del segundo piso del nuevo edificio que están construyendo cedió y 10 obreros resultaron heridos.
Con la ayuda de los bomberos fueron rescatados y llevados al Hospital José María Cullen, donde se comenzó el protocolo de emergencia. Los viernes generalmente son de consultas cotidianas, sin embargos este día fue diferente y todos los empleados del Hospital se pusieron a disposición de lo ocurrido. ¿Cómo fue el trabajo que se realizó en el nosocomio?
“Estamos preparados para la emergencia: la gente del 107 se comunicó inmediatamente avisando que había habido un derrumbe en una construcción y que había obreros atrapados”, comenzó relatando el director del Hospital Juan Pablo Poletti. Además, contó que se llevó a cabo una logística interna para preparar la guardia, el shock room y las camas de cuidados intensivos, por si eran necesarias.
El sistema de Triaje fue fundamental para poder trabajar. Se trata de un protocolo de intervención, es un método de selección y clasificación de pacientes empleado en la medicina de emergencias y desastres. Sirve en el momento de que se reciben demasiados pacientes y deben atenderlos según la gravedad que revista cada uno. “Esto nos puso a prueba... el lunes se evaluará como funcionó el sistema el el lugar”, enfatizó el director y agregó que se trabajó de manera articulada.
En un primer momento se dijo que serían entre ocho y 10 heridos y que tres podrían ser de gravedad. En 40 minutos los 10 habían llegado al hospital, para las 19 todos habían sido dado de alta.
Poletti destacó “el sistema de coordinación, entre el 107, COBEM (103), el destacamento policial y la guardia”. También estuvo presente la directora provincial de salud mental para atender a los pacientes y a sus familiares por lo que había ocurrido. “Hubo momentos críticos en cuanto a lo psicológico”, relató Poletti.
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— LT10 (@lt10digital) 27 de octubre de 2017
El director del Cullen remarcó la paciencia que tuvo a la población en general ya que durante dos horas el centro médico trabajó a destajo pensando en lo que había ocurrido en Tribunales.
Las víctimas tenían entre 21 y 52 años, todos varones y ninguno requirió unidad crítica. Solamente cuatro de los perjudicados necesitaron estudios complementarios de mayor complejidad, como tomografías o interconsultas por traumatismo cervical. Uno tuvo trauma abdominal y torácico y un trauma de columna que tuvo que ser estudiado para descartar y dos traumatismos electroencefalo-craneano. El resto revestía lesiones y contusiones que fueron evaluados por el personal clínico.
El trabajo en equipo y la coordinación fueron fundamentales para que los pacientes fueran atendidos con urgencia.