Luis Manuel, nació hace diez meses pero ya pesa 28 kilos y su caso es uno de los que por estos días recorre y preocupa a muchos profesionales en el mundo entero.
El pequeño, según el diagnóstico divulgado este viernes a Efe por el cardiólogo mexicano Gustavo Orozco, padece obesidad perinatal por inflamación celular derivada de una deficiencia de grasas en la sangre y la leche materna.
“La inflamación celular es un fenómeno que hace que el niño crezca de manera desordenada y que en valores muy altos puede ser exagerada, como es el caso”, explicó el médico, que al realizar el perfil de inflamación celular observó un nivel fuera de lo normal, 23 puntos frente a los 6 que presenta un bebé sano.
Según cuentan sus papás, el pequeño nació con un peso normal, pero desde el primer mes de vida comenzó a subir de peso de manera acelerada y a presentar dificultades para respirar, sobre todo al dormir, y al moverse.
Habrá que esperar unos meses para saber si existe mejoría en el caso del pequeño, que “ya balbucea, patalea” e incluso “dice papá y mamá”.
Pese a que no la deja dormir por las noches, Isabel no ha perdido la esperanza, pero confiesa que “el miedo está ahí”. Ahora, con el diagnóstico, todo queda en manos de los médicos.