El ACV es ampliamente conocido por la población, que en su mayoría sabe cómo proceder ante un cuadro de este tipo. Por el contrario, poco se sabe sobre la “enfermedad arterial periférica”, una condición que afecta a casi 1 de cada 5 mayores de 65 años. También tienen más riesgo de padecerla quienes tienen más de 50 años y fuman o son diabéticos.
“Es una enfermedad caracterizada por el desarrollo de depósitos de colesterol (placas) que paulatinamente obstruyen las arterias de los miembros inferiores hasta ocluirlas”, comentó el doctor Ricardo Iglesias, médico cardiólogo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología. “Solamente entre el 10 y el 15% de los pacientes presenta síntomas típicos, por lo que se encuentra muy subdiagnosticada”, añadió y consignó Doc Salud.
Presenta el mismo riesgo relativo de muerte que el antecedente de ACV o de infarto. Uno de los signos más comunes de quienes la padecen es el denominado “síndrome del mirador de vidrieras” (técnicamente llamado ‘claudicación intermitente’).
Se trata de dolores intensos (tipo calambres) en las piernas que aparecen al caminar y aflojan con el descanso. Los que lo sufren suelen caminar algunas cuadras y luego detenerse para descansar, por lo que pareciera que estuvieran paseando y mirando los locales comerciales.
Por lo general, estas personas no lo relacionan con una patología cardiovascular, sino que aceptan el dolor como parte de las consecuencias de la edad. Por eso, este grupo tiene un riesgo mayor que quienes sufren dolor de pecho, ya que estos últimos suelen consultar con el cardiólogo.
La detección es importante para poder adoptar medidas con las que se pueda evitar los eventos cardiovasculares. Para eso es necesaria la modificación de algunos factores de riesgo, como el tabaquismo, sedentarismo, exceso de peso y alimentación poco saludable.