Hablar más de un idioma nos aporta muchos beneficios, desde ayudar a comunicarnos, conseguir trabajos y acceder a nuevos conocimientos, a tener un efecto positivo para nuestro cerebro.
Según aseguró un panel de expertos durante una reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), aprender nuevos idiomas es una excelente forma de ejercitar el cerebro e, incluso, prevenir enfermedades neurológicas degenerativas como la demencia senil y el Alzheimer,
Gracias al avance de la tecnología y las comunicaciones, aprender idiomas está al alcance de todos desde la infancia, ya que estamos expuestos a otras lenguas de forma natural.
Beneficios de un cerebro bilingüe
Aquellas personas que hablan más de un idioma tienen mayores capacidades de concentración y aprendizaje. Un estudio realizado por el University College de Londres, determinó que, a medida que se aprende un nuevo lenguaje, aumenta la densidad de la materia gris. Y es a temprana edad cuando el cerebro está en pleno desarrollo.
Los niños que aprenden idiomas desde pequeños, tienen un mayor desarrollo cognitivo que aquellos que no lo hacen, siendo capaces de responder más rápido a estímulos y resolver problemas con proceso mental más veloz, analizando y comparando información.
Las personas bilingües tienen además una mejor capacidad de separar el ruido ambiente de lo que es importante, captando la información sin que las distracciones auditivas a su alrededor lo perturben.
Los idiomas tienen estructuras diferentes y por eso requieren estructuras cognitivas distintas. Pero está demostrado que los niños que aprenden dos idiomas, ya sea que tengan la misma raíz como las lenguas latinas portugués y castellano, o sean dos idiomas totalmente diferentes, como el inglés y el francés, tienen la memoria activa en todo momento.
Esto beneficia a la capacidad de concentración a la hora de realizar una tarea y ayuda a desarrollar más algunas partes del cerebro. Los niños bilingües son capaces de cambiar de un idioma a otro sin dificultad y a diferencia de quien aprende un idioma de adulto, que tiene que dejar de pensar en uno para centrarse en el otro, ellos mantienen abiertos los dos canales.
Aprender idiomas retrasa el envejecimiento cerebral
Aprender un idioma de adulto puede ayudar a retrasar los efectos del envejecimiento, según explicó la doctora Ellen Bialystok, profesora de Psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá).
Bialystok, que ha dedicado su carrera al estudio de los efectos del conocimiento de idiomas en la mente, realizó un estudio con 450 pacientes con Alzheimer.
Todas las personas tenían la misma edad y el mismo nivel de síntomas. La mitad de ellos había hablado dos lenguas la mayor parte de su vida y el resto sólo una. Los cerebros de las personas bilingües, pese a estar atrofiados, respondían mejor en pruebas cognitivas que quienes hablaban un solo idioma y además, mostraban una menor degeneración cerebral y empezaban a presentar los síntomas entre 4 y 5 años más tarde que quienes sólo dominaban una lengua.
La doctora coincidió en señalar que una de las razones por las que dominar al menos dos idiomas es un potente mecanismo de protección de los síntomas de demencia es que mantienen el cerebro activo. "Son como un gimnasio para el cerebro", dijo.
Bialystok señaló que no hace falta ser bilingüe para disfrutar de los beneficios que aportan los idiomas, ya que incluso aunque se empiece a estudiar después de los 50 años "se está contribuyendo a una reserva cognitiva a través de actividades muy intensas".
Si bien los beneficios de aprender un idioma son mayores a temprana edad, nunca es tarde para comenzar. En especial, teniendo en cuenta que se trata de una actividad que permite ejercitar el cerebro y mantener la mente sana, activa y alerta.