Hay gente que cree que se debe cambiar el cepillo de dientes cada seis meses. Pero este informe establece que en realidad debe cambiarse cada tres meses.
Después de un tiempo de uso contínuo, el cepillo ya no tiene la misma eficiencia. Con tres meses de uso, podemos observar la deformación de las cerdas, que pierden la eficacia en la remoción de la placa bacteriana. Además, es un posible medio de cultivo de hongos y gérmenes. Pero ese tiempo puede variar y, en la mayoría de las veces, para menos. Es decir, menos de tres meses.
¿Cómo saber cuándo cambiar?
Por ejemplo, cuando la persona tiene un cepillado más "fuerte" (es decir, usa más la fuerza) las cerdas son precozmente deformadas, esa es la hora del cambio.
La mayoría de la gente no tiene la costumbre de cambiar el cepillo de dientes, y cuando la hace, es dentro de un período mucho mayor que tres meses. Algunas cambian después de un año o simplemente cuando tienen ganas.
La demora en el cambio del cepillo puede generar una serie de problemas que van más allá de la boca. Una inflamación en la encía que, de forma sistemática, puede ocasionar la circulación de bacterias en el torrente sanguíneo, alcanzando órganos como corazón y pulmón. Hasta cuando se tiene una gripe o dolor de garganta, el cambio del cepillo es importante para que no sea un nuevo foco de infección.
Utilizar la técnica de cepillado correcto es fundamental, después de todo, la fuerza no significa más limpieza. Después de cada cepillado, agite bien el cepillo y guárdelo en posición vertical para que no quede húmedo. Pero esta última técnica es casi innata, ya nace con la persona.