El encuentro, llevado a cabo en el estadio Kalinga de Bhubaneswar, India, concluyó 0 a 0, y entonces hubo que recurrir a los penales para encontrar al nuevo campeón.
En la ejecución de los tiros penales, Holanda se adelantó 2-0 (Jeroen Hertzberger y Jonas de Geus), pero luego vino la reacción de Bélgica a través de los aciertos de Florent Van Aubel (en dos oportunidades, con la segunda de ellas le dio le dio el título a su equipo), y Victor Wegnez.
Además de Van Aubel, el seleccionado belga tuvo otra héroe, su arquero Vincent Vanasch, quien tuvo una gran tarea durante el tiempo reglamentario, y atajó el penal decisivo, todo lo cual lo llevó a ser elegido como el MVP de la final.
La medalla de bronces quedó en manos del campeón saliente, Australia (el campeón defensor), que demolió a Inglaterra (el verdugo de Los Leones) por 8-1.
Blake Govers, Tom Craig (3), Trent Mitton, Tim Brand, y Jeremy Hayward (2), marcaron los goles australianos; en tanto que Barry Middleton, anotó para Inglaterra.
Los Leones, eliminados por Inglaterra en cuartos de final, finalizaron el torneo en el séptimo lugar.