Interés General - Amigo fiel

Miércoles 14 de Agosto de 2019 - 15:43 hs

La historia de “Cuco”, el perro que murió el mismo día que su dueña

El perro encontraba en una protectora después de que su dueña ingresara en una residencia. Ambos han emprendido "el mismo viaje" en el mismo día.

Actualizado: Miércoles 14 de Agosto de 2019 - 15:47 hs

El perro Cuco demostró que era mucho más que “el mejor amigo del hombre”: como muchos otros canes, tuvo una sensibilidad especial.

Las mascotas sienten cuando sus dueños sufren o la pasan mal, y cuando mueren muchas veces los siguen esperando, o visitan sus tumbas.

Pero el caso del perro Cuco, que murió el mismo día que su dueña, es único y especial, y muestra una conexión más allá de toda lógica.

Esto sucedió en Vilagarcía de Arousa, en Pontevedra, España. El perro Cucofue llevado en febrero a una Asociación Protectora de Animales porque su dueña, una mujer de 96 años, debió ser alojada en una residencia para personas mayores.

En ese albergue sabían, por propia experiencia, que los perros pueden morir de tristeza cuando los abandonan, o los separan de sus dueños. Pero el caso del perro Cuco no era ése, aunque en un principio lo parecía.

El 10 de agosto las voluntarias fueron al canil donde estaba Cuco, y les sorprendió que no reaccionara. Ángeles Cifuentes, la presidenta de la asociación, comentó: “Se había quedado dormido durante la noche y ya no despertó”.

Siempre que muere un perrito las voluntarias se entristecen, pero tienen asumido que muchas veces el animal lo pasa mal y es natural que mueran. Ellas creyeron que Cuco había muerto de pena.

Pero la verdadera sorpresa fue que se enteraron de que su dueña falleció ese mismo día, unas horas antes que él.: “Cuando descubrimos que la propietaria había fallecido por la noche el mismo día que Cuco, nos quedamos impactados, se nos pusieron los pelos de punta”, relata Cifuentes.

“Nosotros creemos que se fue delante de ella para guiarla”, dijo. El perro Cuco era tranquilo y sociable, aunque lo describen como “un poco cascarrabias, le gustaba ladrar”. Pero pronto se compró el cariño de las voluntarias.

Fuente: CienRadios