Ekaterina Mezenova tiene 24 años, vive en Moscú y se volvió viral en las últimas horas tras abrir su corazón en las redes sociales y contar el padecimiento que sufre su hijo producto de un extraño trastorno en la piel.
Esta joven influencer, compartió varias fotos de Max, su pequeño de 1 año y 5 meses en las que se podían notar una serie de manchas en su piel y bello en sus brazos. Pero su padecimiento no es sólo estético, sino que estos grandes lunares incrementan la posibilidad de que sufra cáncer de piel.
“Se trata de un nevo, es decir, una marca de nacimiento gigante que conlleva un peligro oncológico: cualquier trauma, tanto químico como físico, un aumento hormonal y cualquier otro cambio en el cuerpo puede desencadenar cáncer de piel”, explicó Mezenova en Instagram.
Ekaterina contó también que cuando su bebé nació generó una gran conmoción en el hospital, que la sala de partos se llenó de terapeutas, obstetras, genetistas y enfermeras, todos discutían pas peculiares características del recién nacido, tenía una mancha de nacimiento enorme que cubría casi toda la superficie de su piel.
Esta joven rusa admitió en las redes sociales que intentó ocultar la enfermedad de su hijo cubriéndolo con pantalones y prendas de manga larga pero que terminó entendiendo de que sus miles de seguidores debían saberlo porque, por ahí, podrían estar pasando por una situación similar o era importante que tengan conocimiento de esta enfermedad. Además, necesitaba ayuda.
Hasta el momento, los expertos no han logrado determinar las causas que provocaron esta enfermedad. Se trata de un padecimiento poco usual que, según le explicaron los médicos, rara vez llega a la cara, pero el caso de Max es la excepción.
PrimiciasYa.com dialogó con la doctora Patricia Della Giovanna, médica especialista en dermatología, sobre el “nevus” (nevo): “El nevus es una malformación de la piel que puede presentarse desde el nacimiento o ser adquirida luego. Hay diferentes tipos de células que pueden provocar ‘nevos’, que vulgarmente conocemos como lunares”, explicó.
“Hay un tipo particular de lunares que se llaman ‘nevos melanocíticos’, que están determinados por células (melanocitos), que pueden ser de diferentes tipos. Uno de ellos puede ser el nevo melanocítico congénito gigante, como el caso de la imagen. Es un lunar gigante que se presenta desde el nacimiento y puede o no estar cubierto de pelos”, remarcó la doctora.
“Cuando los lunares son gigantes, tienen más de 20 centímetros y por su localización, se los conoce como ‘trajes de baño’, ya que ocupan toda la zona inguinal o genital, o ‘en camiseta’, cuando toman parte del torso y se extiende a los brazos. No hay ni cremas ni pastillas para tratar este tipo de lunares, la única opción que existe es la quirúrgica, ya que antes de la pubertad, entre el 5 y el 10% de los casos tiene riesgo de desarrollar melanomas o cáncer cutáneo”, agregó.
“El control es muy difícil, ya que muchas veces el lunar prolifera en nódulos que complejizan el seguimiento y tratamiento. Si se pudiera, habría que utilizar unos expansores, que se colocan debajo de la piel, la agradan y posibilitan su intervención quirúrgica”.
“Cuando se da en chicos de corta edad es recomendable esperar a su crecimiento para tratar con cirugía los lunares. El nevo no solo afecta la calidad de vida desde el aspecto de la salud, sino que muchas veces tiene un impacto social muy grande en la persona, al verse impedido de mostrarse en público”.
“Existen tratamientos desde el punto de vista estético: se hace un pulido de la piel que elimina la mancha, pero las células que están debajo no se eliminan, por lo que el riesgo de que degenere en melanoma sigue existiendo. Después de la pubertad, el riesgo de desarrollar melanoma baja considerablemente. El nevus no es una enfermedad de transmisión genética”, finalizó.