Cuando se pensó en la contratación de Brian Fernández, muchos en Colón estaban en la ambigüedad: podía ser algo beneficioso desde lo personal o todo lo contrario, ser un factor en contra. Pero la apuesta fue total y el delantero hizo fuerza para que se concrete, ya que era el gran sueño de su vida. Antes no pudo darse por su presente a puro gol en Necaxa de México, que lo llevó a ser transferido a Portland Timbers de Estados Unidos, que pagó 10.000.000 de dólares por el pase y donde marcó 11 goles en 19 encuentros.
Sin embargo, con su "recaída" y la negativa a continuar con el tratamiento que le habían impuesto, se le terminó finiquitar el vínculo. Fue ahí donde allanó el camino para su anhelado desembarco en Santa Fe. Fue recibido con los brazos abiertos por los dirigentes, el entrenador Diego Osella y el plantel. Asimismo, la gente se empezó a entusiasmar con disfrutar de un futbolista con pertenencia como tanto se esperaba, sin embargo, duró apenas unos días.
Debió afrontar problemas personales que no le permitieron entrenar y eso repercutió puertas adentro. Después lo solucionó y debutó ante Banfield, pero estaba claro que todavía le estaba faltando fútbol. Luego pegó el faltazo por un supuesto robo –que se intenta esclarecer ante las versiones cruzadas que develan dudas– y de ahí en más no pudo ponerse a las órdenes.
Llegó un comunicado del club informando que sería sometido a un tratamiento, pensando primero en la persona. Algo que fue aceptado por el oriundo de Yapeyú, que sabía que estaba nuevamente "mordiendo banquina". Se sabía que iba a tomar tiempo para que vuelva a pisar una cancha y demostrar su jerarquía comprobada, más en el momento tan complicado que afronta el equipo en cuanto a la permanencia.
Sin embargo, las últimas novedades no serían las más auspiciosas: al parecer, Fernández no estaría cumpliendo con su último compromiso, generando un retroceso. Es más, tampoco tendría la misma predisposición al comienzo en algo que estaría ocasionando nuevamente malestar, sobre todo en los que depositaron su confianza en él. ¿Se analiza la rescisión? Por ahora, pero no quita que esa postura cambie.
Así las cosas, otra vez el manto de incertidumbre cubre al jugador, que llegó para volverse ídolo y que hasta el momento lo único que trajo es controversia. La gente todavía confía en lo que puede dar, pero ese crédito se va acabando con este tipo de actitudes. Todavía se está a tiempo de cambiar, aunque quedará en el propio Brian Fernández quererlo o no.